La familia del hincha de Cerro asesinado hace 19 meses por parciales de Peñarol sigue esperando una respuesta sobre el crimen y no ve que se haya avanzado para controlar la violencia en las canchas
Han pasado 19 meses desde que Héctor Da Cunha fue asesinado a la salida de un partido entre el club de sus amores, Cerro, y Peñarol, en el Estadio Centenario. El ataque fue cobarde y brutal, el trabajador del transporte fue atacado por varios "hinchas" aurinegros frente a la mirada de su esposa e hijo. Pero toda la conmoción que generó el hecho en su momento luego se diluyó, el crimen no quedó completamente aclarado (tres personas fueron procesadas pero no se pudo determinar quién fue el asesino) y las canchas siguen tan inseguras como antes.
Sí, pasaron 19 meses y nuevamente Cerro y Peñarol están en la mira de todos por el partido que en poco más de una semana los enfrentará. El encuentro viene precedido de tensión: la hinchada de Peñarol amenazó con hechos de violencia en sus cánticos y los fantasmas de la inseguridad del estadio Troccoli están en boca de todos. Estos son todos hechos que no hacen más que apoyar la idea que tiene la familia Da Cunha: nada ha cambiado. Javier Da Cunha, hermano del hincha asesinado, habló con Observa sobre cómo vive la familia estos días y de los esfuerzos que está haciendo para que las autoridades hagan algo. En los próximos días Javier se reunirá con el subsecretario del Ministerio del Interior, Ricardo Bernal. Da Cunha, cree que las autoridades no han invertido todo lo suficiente para lograr detener los hechos de violencia y que los mismos desde marzo de 2006 se han repetido con diversas consecuencias para los involucrados. La familia del hincha muerto no está segura de que las jerarquías del fútbol y del gobierno estén capacitadas para impedir una nueva muerte en las canchas, ya que luego de la muerte de Héctor, no se dieron fallecimientos pero si ocurrieron hechos de violencia que pudieron haber terminado en tragedias.
Vivir con la espina
"En la familia, todos tratamos de estar lo más unidos posibles", dijo Da Cunha con voz pausada a Observa aunque con la duda de que, con el paso del tiempo, las autoridades lograrán determinar quienes fueron los verdaderos responsables de la muerte de su hermano. Sobre ese punto, afirmó que "de todos los que estuvieron en el instante de la muerte de mi hermano, es sabido que hay gente que no va a decir nada".
"Parece una pesadilla. Todavía nos preguntamos como pasó y por qué pasó. Justo a mi hermano, que era alguien que luchaba en el sindicato -de COETC- por la verdad y la justicia en todas las cosas", señaló Da Cunha, quién cuenta que el hijo de su hermano y su señora esposa son quienes padecen más todo lo acontecido. "Mi sobrino sufre y vive todas las consecuencias con la cabeza de un chico de 13 años, pero creo que todo lo que pasó recién lo va a entender en toda su dimensión cuando tenga 20 o 25 años", afirma el hermano de la víctima.
En referencia a si la familia Da Cunha está conforme con la actuación de los jerarcas en la investigación del caso, dijo que cuando tenga información acerca del camino que está recorriendo la causa, allí sí dará la información que corresponda. "Mientras, prefiero guardar la opinión sobre eso", expresó. Javier Da Cunha, aclaró que lo que más pide en el caso de su hermano es que se haga justicia en algún momento y que todo el calvario que vive con su familia por la muerte de Héctor, no sea una historia más que tenga que sufrir alguien que quiera ir a una cancha de fútbol. Héctor Da Cunha, funcionario de COETC, fue asesinado el 11 de marzo de 2006 a manos de simpatizantes de Peñarol cuando esperaba junto a su mujer y su hijo un ómnibus en una parada ubicada en Avenida Italia y Las Heras, a pocas cuadras del Estadio Centenario, escenario dónde se había disputado un encuentro entre Peñarol y Cerro por el Torneo Uruguayo.
Sí, pasaron 19 meses y nuevamente Cerro y Peñarol están en la mira de todos por el partido que en poco más de una semana los enfrentará. El encuentro viene precedido de tensión: la hinchada de Peñarol amenazó con hechos de violencia en sus cánticos y los fantasmas de la inseguridad del estadio Troccoli están en boca de todos. Estos son todos hechos que no hacen más que apoyar la idea que tiene la familia Da Cunha: nada ha cambiado. Javier Da Cunha, hermano del hincha asesinado, habló con Observa sobre cómo vive la familia estos días y de los esfuerzos que está haciendo para que las autoridades hagan algo. En los próximos días Javier se reunirá con el subsecretario del Ministerio del Interior, Ricardo Bernal. Da Cunha, cree que las autoridades no han invertido todo lo suficiente para lograr detener los hechos de violencia y que los mismos desde marzo de 2006 se han repetido con diversas consecuencias para los involucrados. La familia del hincha muerto no está segura de que las jerarquías del fútbol y del gobierno estén capacitadas para impedir una nueva muerte en las canchas, ya que luego de la muerte de Héctor, no se dieron fallecimientos pero si ocurrieron hechos de violencia que pudieron haber terminado en tragedias.
Vivir con la espina
"En la familia, todos tratamos de estar lo más unidos posibles", dijo Da Cunha con voz pausada a Observa aunque con la duda de que, con el paso del tiempo, las autoridades lograrán determinar quienes fueron los verdaderos responsables de la muerte de su hermano. Sobre ese punto, afirmó que "de todos los que estuvieron en el instante de la muerte de mi hermano, es sabido que hay gente que no va a decir nada".
"Parece una pesadilla. Todavía nos preguntamos como pasó y por qué pasó. Justo a mi hermano, que era alguien que luchaba en el sindicato -de COETC- por la verdad y la justicia en todas las cosas", señaló Da Cunha, quién cuenta que el hijo de su hermano y su señora esposa son quienes padecen más todo lo acontecido. "Mi sobrino sufre y vive todas las consecuencias con la cabeza de un chico de 13 años, pero creo que todo lo que pasó recién lo va a entender en toda su dimensión cuando tenga 20 o 25 años", afirma el hermano de la víctima.
En referencia a si la familia Da Cunha está conforme con la actuación de los jerarcas en la investigación del caso, dijo que cuando tenga información acerca del camino que está recorriendo la causa, allí sí dará la información que corresponda. "Mientras, prefiero guardar la opinión sobre eso", expresó. Javier Da Cunha, aclaró que lo que más pide en el caso de su hermano es que se haga justicia en algún momento y que todo el calvario que vive con su familia por la muerte de Héctor, no sea una historia más que tenga que sufrir alguien que quiera ir a una cancha de fútbol. Héctor Da Cunha, funcionario de COETC, fue asesinado el 11 de marzo de 2006 a manos de simpatizantes de Peñarol cuando esperaba junto a su mujer y su hijo un ómnibus en una parada ubicada en Avenida Italia y Las Heras, a pocas cuadras del Estadio Centenario, escenario dónde se había disputado un encuentro entre Peñarol y Cerro por el Torneo Uruguayo.
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