Ver aficionados de la UD Lanzarote en las gradas de los estadios en donde juega el equipo fuera de casa no suele ser muy habitual. Una dinámica que cambia cuando los partidos se juegan en Canarias y propicia el traslado masivo de aficionados. La UD Lanzarote se sintió arropada en La Palmera de San Isidro y los ánimos de los aficionados se sintieron dentro del terreno de juego.
Los miembros de la Peña “Diablillos en el Exilio” estaban tremendamente ilusionados por el hecho de afrontar su primer desplazamiento y parecían niños en el día de Reyes. Normalmente tienen que seguir las evoluciones de la UD Lanzarote a través de la radio, pero por primera vez en la temporada iban a poder ver a los rojillos en directo.
La Peña “Diablillos en el Exilio” está compuesta mayormente por estudiantes, los cuales están cursando sus estudios en Tenerife. El desplazamiento a San Isidro ha sido el primero que realiza este grupo de aficionados. La UD Lanzarote puso todo tipo de facilidades y gestionó una guagua para que los aficionados se pudieran trasladar. Aproximadamente fueron unos 15 miembros de la Peña “Diablillos en el Exilio” los que fueron a La Palmera, uniéndose allí con otro grupo de aficionados que habían viajado por su propia cuenta. Una parte de la grada se tiñó de rojillo y a pesar del fuerte calor no dejaron de animar a la UD Lanzarote. A la conclusión del choque la cara de satisfacción y de alegría se reflejaba en las caras de todos los aficionados. Y el largo viaje de regreso hasta La Laguna se hizo mucho más ameno.
La Peña “Diablillos en el Exilio” está compuesta mayormente por estudiantes, los cuales están cursando sus estudios en Tenerife. El desplazamiento a San Isidro ha sido el primero que realiza este grupo de aficionados. La UD Lanzarote puso todo tipo de facilidades y gestionó una guagua para que los aficionados se pudieran trasladar. Aproximadamente fueron unos 15 miembros de la Peña “Diablillos en el Exilio” los que fueron a La Palmera, uniéndose allí con otro grupo de aficionados que habían viajado por su propia cuenta. Una parte de la grada se tiñó de rojillo y a pesar del fuerte calor no dejaron de animar a la UD Lanzarote. A la conclusión del choque la cara de satisfacción y de alegría se reflejaba en las caras de todos los aficionados. Y el largo viaje de regreso hasta La Laguna se hizo mucho más ameno.
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