Yo señor? No señor". La barrabrava de Newell's pretende despegarse del ataque a balazos sufrido el domingo por el hijo del ex delantero Claudio Scalise, un pibe de 20 años que se llama igual que su padre y al que le pegaron dos balazos, en apariencia porque cometió el pecado de llevar puesta la camiseta de Central a dos cuadras del Parque Independencia. Según le comentó Scalise padre a Clarín, el jefe de la barra de Newell's, Roberto Pimpi Caminos, se comunicó con integrantes de la primera línea de la hinchada de Central para decirle que ningún integrante de su grupo fue el autor de los disparos. "Sólo la gente de la hinchada de Newell's sabe si es verdad o no que ellos no fueron. La única realidad es que queremos paz y que no haya problemas con nadie", dijo Scalise, ex jugador de Central, Boca, Instituto, Colón y Douglas Haig.
La cúpula de la barra de Central le hizo llegar el comentario a Scalise en el Hospital Español de Rosario, adonde su hijo se encuentra recuperándose. A Claudio Scalise le dispararon desde una moto en la que iban dos personas, en España y Ocampo. De acuerdo con lo que el pibe le contó a su padre, el autor de los disparos iba como acompañante con una campera de Newell's. La zona donde se registró el ataque está llena de grafitis pintados por hinchas de Newell's. Al propio Scalise, por caso, le pintaron la puerta de su casa de rojo y negro, los colores de Newell's, y la leyenda: "Central cagón". El Negro Scalise tiene una fuerte identificación con Central. El ex delantero Julio Zamora, referente de Newell's entre fines de los 80 y principios de los 90, se comunicó con Scalise para solidarizarse y además manifestarle su preocupación porque él también tiene un hijo que va seguido a la cancha, pero a ver al equipo rojinegro. "Para colmo, la semana que viene está el clásico y nadie sabe lo que puede llegar a pasar", dijo Scalise, preocupado.
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