La jornada de ayer transcurrió sin apenas incidentes destacables en Zaragoza a pesar de las amenazas que los miembros de la peña ultra Ligallo Fondo Norte habían transmitido días antes contra los aficionados osasunistas que se acercasen a presenciar en directo el partido Zaragoza-Osasuna de ayer. Sólo hubo que lamentar el pinchazo de las ruedas de seis coches de algunos aficionados rojillos en las cercanías de la estación de tren de Tudela. La Policía controló en todo momento a las dos aficiones y impidió que pudiese haber enfrentamientos verbales y físicos entre ambas.
110 miembros de Indar Gorri La mayoría de los aficionados navarros, para evitar problemas, prefirieron desplazarse de incógnito y sin exteriorizar su condición de osasunista, mezclándose en la grada con los hinchas maños. Ni la Federación de Peñas Osasunistas organizó autobuses para desplazarse a la capital maña.
Sin embargo, la Peña Indar Gorri sí estuvo presente en La Romareda. Los 110 miembros que congregó se desplazaron en coches particulares hasta Tudela para coger a las 10.40 horas en la capital ribera el tren que les condujo hasta Zaragoza. Nada más abandonar Tudela, varios desconocidos rajaron las ruedas de seis coches de los miembros de Indar Gorri y dejaron su firma en una pared cercana: "Ligallo pincha ruedas". Al parecer, una sección de los Ligallo de Tarazona, localidad cercana a Tudela, pudo ser la autora de la agresión.
Los Indar Gorri llegaron antes del mediodía a la estación Delicias de Zaragoza, donde les esperaba un importante número de policías, que les escoltó y vigiló durante su paseo por las calles y los bares de las cercanías del estadio. A las 15.30 horas ya estaban todos en la parte alta de una grada lateral del estadio, vigilados constantemente por la Policía. Una hora más tarde, entraron también controlados los miembros de la peña Colectivo 1932, que se colocaron a la izquierda de los Indar Gorri, en el Fondo Sur, y momentos antes del partido se situaron en el Fondo Norte los ultras de Ligallo. Éstos últimos fueron los más activos durante el partido, ya que constantemente estuvieron insultando y gritando lemas contra Osasuna: "Indar Gorris, hijos de puta", "Si te han pinchado las ruedas, jódete", "Todos a una, puto Osasuna", "Ricardo muérete"... Gritos que terminaron por diluirse o reconvertirse al final del partido en lemas contra el árbitro o la directiva maña. La realidad es que el estadio se fue quedando vacío en los últimos minutos del partido ya que muchos espectadores abandonaron sus asientos para poder ver el partido televisado entre el Barcelona y el Real Madrid.
El equipo aplaudió a Indar gorri Los Indar Gorri estuvieron en todo momento animando a Osasuna, sin protagonizar gritos contra el conjunto de los hinchas maños. Al final, tuvieron su recompensa, y todos los jugadores de Osasuna se dirigieron al término del partido hacia ellos y les dedicaron su triunfo y les aplaudieron desde el campo su buen comportamiento.
Lo peor para ellos fue el regreso. Tuvieron que permanecer después del partido una hora en la grada, hasta que la Policía desalojó a los ultras maños y alejó de las cercanías del estadio a los Ligallo, que sólo pudieron hacer un amago de esperar a los Indar Gorri. Con el camino expedito, la Policía escoltó a los hinchas rojillos hasta la estación de tren de las Delicias y permaneció con ellos hasta que éstos se montaron en él y reemprendieron a las 21.20 horas el camino de regreso a Tudela sin problemas para recoger una hora más tarde sus coches (algunos tuvieron que arreglar sus pinchazos) y volver a sus puntos de origen. Al término de la jornada, la Policía de Zaragoza confirmó a los medios de comunicación aragoneses que no se había producido ningún incidente relevante durante el día y que todo había transcurrido con normalidad.
110 miembros de Indar Gorri La mayoría de los aficionados navarros, para evitar problemas, prefirieron desplazarse de incógnito y sin exteriorizar su condición de osasunista, mezclándose en la grada con los hinchas maños. Ni la Federación de Peñas Osasunistas organizó autobuses para desplazarse a la capital maña.
Sin embargo, la Peña Indar Gorri sí estuvo presente en La Romareda. Los 110 miembros que congregó se desplazaron en coches particulares hasta Tudela para coger a las 10.40 horas en la capital ribera el tren que les condujo hasta Zaragoza. Nada más abandonar Tudela, varios desconocidos rajaron las ruedas de seis coches de los miembros de Indar Gorri y dejaron su firma en una pared cercana: "Ligallo pincha ruedas". Al parecer, una sección de los Ligallo de Tarazona, localidad cercana a Tudela, pudo ser la autora de la agresión.
Los Indar Gorri llegaron antes del mediodía a la estación Delicias de Zaragoza, donde les esperaba un importante número de policías, que les escoltó y vigiló durante su paseo por las calles y los bares de las cercanías del estadio. A las 15.30 horas ya estaban todos en la parte alta de una grada lateral del estadio, vigilados constantemente por la Policía. Una hora más tarde, entraron también controlados los miembros de la peña Colectivo 1932, que se colocaron a la izquierda de los Indar Gorri, en el Fondo Sur, y momentos antes del partido se situaron en el Fondo Norte los ultras de Ligallo. Éstos últimos fueron los más activos durante el partido, ya que constantemente estuvieron insultando y gritando lemas contra Osasuna: "Indar Gorris, hijos de puta", "Si te han pinchado las ruedas, jódete", "Todos a una, puto Osasuna", "Ricardo muérete"... Gritos que terminaron por diluirse o reconvertirse al final del partido en lemas contra el árbitro o la directiva maña. La realidad es que el estadio se fue quedando vacío en los últimos minutos del partido ya que muchos espectadores abandonaron sus asientos para poder ver el partido televisado entre el Barcelona y el Real Madrid.
El equipo aplaudió a Indar gorri Los Indar Gorri estuvieron en todo momento animando a Osasuna, sin protagonizar gritos contra el conjunto de los hinchas maños. Al final, tuvieron su recompensa, y todos los jugadores de Osasuna se dirigieron al término del partido hacia ellos y les dedicaron su triunfo y les aplaudieron desde el campo su buen comportamiento.
Lo peor para ellos fue el regreso. Tuvieron que permanecer después del partido una hora en la grada, hasta que la Policía desalojó a los ultras maños y alejó de las cercanías del estadio a los Ligallo, que sólo pudieron hacer un amago de esperar a los Indar Gorri. Con el camino expedito, la Policía escoltó a los hinchas rojillos hasta la estación de tren de las Delicias y permaneció con ellos hasta que éstos se montaron en él y reemprendieron a las 21.20 horas el camino de regreso a Tudela sin problemas para recoger una hora más tarde sus coches (algunos tuvieron que arreglar sus pinchazos) y volver a sus puntos de origen. Al término de la jornada, la Policía de Zaragoza confirmó a los medios de comunicación aragoneses que no se había producido ningún incidente relevante durante el día y que todo había transcurrido con normalidad.
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