Las medidas responden a la reacción del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, tras a los violentos enfrentamientos del pasado fin de semana entre algunos hinchas del PSG y las fuerzas de seguridad, tras el partido que enfrentó en el parisiense Parque de los Príncipes al equipo local contra el Olympique de Marsella, su tradicional rival.
El titular de Interior indicó que el PSG -duodécimo en la clasificación- no venderá entradas a sus aficionados para los partidos que dispute fuera de casa ni en este encuentro ni "en todos aquellos que el equipo juegue en el exterior".
En el partido contra el Lens, al noroeste del país, se cerrará la tribuna de visitantes del estadio y se prohibirá a los aficionados del PSG con artículos que puedan identificarles como tales circular por la vía pública o estacionar en las proximidades del estadio de Bollaret, donde juega el Lens.
Agentes de seguridad del club parisino y policías fisonomistas estarán presentes en Lens para "identificar a los delincuentes que decidan, a pesar de todo, causar problemas en las proximidades del estadio Bollaert", indica el ministro en un comunicado.
Se aplicarán además las "nuevas disposiciones legislativas" para reforzar la lucha contra las bandas violentas, que consideran la asociación para cometer actos de vandalismo un agravante
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