La Eurocopa de Polonia y Ucrania no está destacando, hasta el momento, por el buen fútbol que se ha podido ver en el torneo continental. Marcadores cortos, poco fútbol y excesivo resultadismo están marcando el campeonato, pero si por algo está llamando la atención el torneo es, por desgracia, por la violencia. Una vez acabada la fase de grupos, más de 500 personas han sido detenidas por diversos incidentes.
Veinticuatro partidos después de que diera comienzo la Eurocopa, 515 personas han sido arrestadas por los servicios de seguridad de Polonia y Ucrania, entre los que se encuentran 153 extranjeros, siendo dos de ellos españoles. El partido con más complicaciones fue el que enfrentó a Rusia y Polonia, en el que varias peleas callejeras tuvieron como resultado más de 200 personas detenidas.
El momento más esperpéntico tuvo lugar en el citado choque. Los conflictos que ambos países han mantenido históricamente habían calentado los momentos previos al encuentro, y la tensión saltó por los aires cuando ambas aficiones se encontraron en los alrededores del estadio. Los 'ultras' polacos fueron a por la hinchada rusa, que respondió a la provocación, produciéndose una verdadera batalla campal.
Multitud de radicales polacos habían viajado hasta Varsovia sólo para encontrarse con la afición rusa. En dicho conflicto, en el que la policía polaca se mostró excesivamente contemplativa, hubo más de 33 personas heridas, muchas de ellas con golpes de carácter leve. Días antes, en el encuentro entre Rusia y la República Checa, un grupo de radicales rusos agredió a dos trabajadores del estadio de Wroclaw.
El racismo es otra de las lacras
Entre los extranjeros detenidos se encuentran noventa y dos rusos, dieciséis croatas, quince irlandeses, once bielorrusos, tres rumanos, dos españoles, dos serbios y dos alemanes. Además, desde que comenzara la Eurocopa cinco personas más fueron detenidas en las fronteras de las dos ciudades organizadoras, entre las que también se encuentra un español que viajaba sin ningún tipo de identificación.
Lo cierto es que en la presente Eurocopa los conflictos entre aficionados se han multiplicado con respecto a otros eventos. Ver a las aficiones rivales liándose a golpes en los exteriores de los estadios donde sus respectivas selecciones debían enfrentarse se ha convertido casi en una situación habitual, algo que desluce por completo uno de los mayores eventos deportivos del 'viejo continente'.
Además, los casos de racismo están a la orden del día. Alemania ha recibido dos expedientes sancionadores por culpa de sus aficionados, Croacia ha sido multada por los actos xenófobos de su hinchada y varias selecciones con jugadores de raza negra han denunciados insultos desde la grada, tales como Italia, Holanda o República Checa, entre algunos, una lacra que continúa en aumento.
Hasta la fecha, la Eurocopa ha destacado mucho más por las detestables imágenes de violencia que han tenido lugar que por los buenos momentos de fútbol que ha deparado el torneo. Más de 500 personas ya han sido detenidas por realizar diversos actos violentos, utilizando el fútbol como excusa para crear problemas. Parece que el fútbol como fiesta ha pasado a un segundo plano.
Hasta la fecha, la Eurocopa ha destacado mucho más por las detestables imágenes de violencia que han tenido lugar que por los buenos momentos de fútbol que ha deparado el torneo. Más de 500 personas ya han sido detenidas por realizar diversos actos violentos, utilizando el fútbol como excusa para crear problemas. Parece que el fútbol como fiesta ha pasado a un segundo plano.
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