El Real Valladolid estrenó ayer frente al Osasuna la primera reforma de cierto calado del Nuevo José Zorrilla que, junto a la eliminación del foso y la modificación de algunos elementos de la grada, trajo consigo la prohibición de fumar en el estadio, una medida que ha levantado ampollas entre fumadores y no fumadores.
Los consumidores habituales de tabaco se quejan de que los empleados del club no les permitieron salir del recinto durante el descanso para fumar al aire libre bajo la aseveración de que si lo hacían no podrían volver a ingresar al estadio. Por su parte, los no consumidores y aquellos que respetaron la prohibición denuncian que en la grada sí que hubo humo, ante la impasibilidad de los agentes de seguridad, que no tenían muy claro cómo atajar el problema.
Lo cierto es que la medida estaba ya anunciada por el club desde finales del pasado mes de mayo y los problemas e incumplimientos han llegado pesa que el Real Valladolid colocó carteles por todo el recinto en los que se podía leer: «Estadio libre de humos. Se prohibe fumar en todas las zonas del estadio José Zorrilla. Nuestro personal informará a los aficionados que no cumplan con esta normativa y, en caso necesario, se lo trasladará también a los responsables de seguridad. Muchas gracias por su colaboración para conseguir que Zorrilla sea un espacio saludable».
No obstante, los incumplimientos no fueron generalizadosaunque las quejas florecen por las diversas zonas de la grada blanquivioleta como setas. Otros aficionados, ubicados en la zona de tribuna este y desconocedores de la norma, sí que reconocen que repararon en esta nueva imposición porque les pareció extraño no ver gente consumiendo tabaco a su alrededor, por lo que valoran muy positivamente la inexistencia de humos en su zona de la grada.
Baja visibilidad sobre el túnel de vestuarios
Las modificaciones de algunos elementos de la grada también han traído consigo algunas quejas de abonados, especialmente tras la sustitución en algunas zonas de las antiguas vallas de metal por cristaleras de aproximadamente un metro y medio de altura. El cambio afecta principalmente a los socios que tienen un asiento en las filas situadas sobre el túnel de vestuarios, que se ha rodeado ahora por una estructura acristalada. Las juntas de las diferentes placas y los reflejos que se generan dificultan la visibilidad desde buena parte de los asientos situados en esa parte de la preferencia de la zona oeste.
De hecho, varios de los que se ubican en este espacio, cuyo abono es de los que tienen un precio más elevando, han escrito al club pidiendo una solución para mejorar esta circunstancia.
De nuevo, como en las últimas temporadas, el estado de los baños sigue siendo uno de los focos que más quejas genera entre los aficionados. El club no ha encarado aún su reforma porque, como dijo la pasada semana David Espinar, director del Gabinete de Presidencia, este aspecto formará parte de la segunda fase de actuaciones en Zorilla, así que pese a un leve lavado de cara, los sanitarios siguen presentado un mal estado.
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