El Athletic ha recibido con satisfacción el pacto alcanzado por la Liga, Federación y Consejo Superior de Deportes para que la final de Copa se pueda jugar con público en las gradas, aunque eso suponga aplazarla a la próxima temporada.
«No se ha planteado otro escenario. Lo hemos tenido clarísimo en las reuniones con la Federación», resaltan desde el club rojiblanco. El presidente, Aitor Elizegi, siempre ha priorizado que haya hinchas en las gradas. Quiere que en Sevilla se viva una experiencia tan intensa como la de las últimas finales, las de Valencia (2009), Madrid (2012) y Barcelona (2015).
El máximo dirigente rojiblanco llegó a decir que prefería perder una final con seguidores en las gradas que ganarla a puerta cerrada. «Me lo han preguntado dos veces esta semana, no hay dudas: ¿Ganar la final de Copa o perderla con público? Si la perdemos con público significará que estáis todos y habremos ganado esta batalla. Os echo de menos», apuntó el dirigente bilbaíno en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter el pasado día 10.
En el comunicado en el que dio a conocer el acuerdo de rebaja de fichas con sus jugadores, el Athletic insistió de forma oficial en cuál era su posición de cara al partido de La Cartuja. «Tenemos bien claro, además, que queremos disputar la final de Copa con público», resaltó la junta directiva.
Elizegi y Rubiales
Elizegi ha mantenido una comunicación constante con Luis Rubiales, presidente de la Federación, quien le ha tenido al tanto de sus gestiones para conseguir que la final sea con espectadores. El máximo dirigente del fútbol trasladó hace unos días al presidente del Athletic y a Jokin Aperribay, dirigente de la Real, la opción de una final aplazada a la próxima campaña. Ambos dieron el visto bueno a la propuesta porque es la única forma de que sus hinchas estén en el estadio hispalense.
El vestuario también ha recibido con agrado la decisión adoptada por la Liga y la Federación. Los jugadores no entienden ese partido sin una comunión con sus aficionados. «La espera es demasiado larga, pero jugar la final de Copa a puerta cerrada sería muy triste. No veo una final sin seguidores en las gradas», indicó ayer Ander Capa en 'Radio Popular'.
El joven Gaizka Larrazabal también festejó la solución que se ha adoptado. «Es la mejor noticia que podíamos tener: jugar la final y encima con nuestra afición. La hinchada para nosotros lo es todo y se merecen tanto como nosotros estar allí. Por eso lado, estamos contentos por nosotros y por ellos», señaló el extremo en 'Bizkaia Irratia'.
Los aficionados del Athletic, por supuesto, no ocultaron su satisfacción. Aitor Pereiro, el presidente de la Agrupación de Peñas que reúne a alrededor 200 de las 465 agrupaciones del club rojiblanco, dijo ayer a este periódico que «supone una alegría que los aficionados puedan ir al partido a Sevilla porque teníamos muy claro que la final debía ser con público».
«Es una buena noticia. Siempre he dicho que no hay prisa para que se juegue la final y que lo importante es que haya aficiones en las gradas. No hay otra solución. Jugarla a puerta cerrada habría sido muy triste», compartió Joseba García, presidente de la peña Deusto, que ha acompañado al Athletic en todos sus partidos coperos de esta campaña.
Desde la Agrupación de Peñas, Pereiro tiene claro que la ciudad de Sevilla es una de las grandes beneficiados por el acuerdo. «Les viene genial que vayan muchos aficionados desde Euskadi».
De hecho, Javier Imbroda, consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, pidió hace días a la Federación que retrasara en lo posible la final. «No tenemos ninguna prisa en celebrar ese partido porque lo que queremos es que venga todo el mundo a Sevilla y disfrute de nuestra comunidad y de nuestras ciudades».
La Junta apostó fuerte por la final de Copa. Firmó un contrato con la Federación para que el estadio de La Cartuja sea sede de la final durante cuatro años, desde 2020 a 2023. El proyecto buscaba revitalizar una infraestructura en desuso y atraer a decenas de miles de hinchas a Sevilla, algo que ahora parece más cerca de lograrse.
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