15 de abril de 2020 se cumplieron 31 años de aquel fatídico momento en el que la historia del Liverpool y la de su afición quedó marcada para los restos por una avalancha producida en el fondo del estadio donde se encontraban los aficionados Liverpudlian en aquella semifinal de FA Cup contra el Nottingham Forest.
Una nueva investigación desvelada hace unos años, desveló que la culpa fue de la Policía de Yorkshire que no limitó la entrada de aficionados reds al estadio.
Los aficionados viajarían el mismo día del partido a Sheffield y al no poder hacerlo en otro medio de transporte iban en coche, pero una serie de catastróficas desdichas hizo que muchos de ellos llegaran tarde. La organización dio a la afición del Liverpool el fondo de Leppings Lane (14,600 espectadores) y la grada oeste. El fondo con menos aforo del estadio a pesar de ser la afición que más gente iba a llevar. Los retrasos producidos por varias obras y controles policiales a los coches hicieron que la afición llegara tarde y que la entrada al estadio fuese más masiva de lo habitual. Las entradas al estadio estaban abiertas y la afición iba entrando quedando media hora para el inicio del encuentro.
Como la policía dejaría entrar a gente hasta que no entraran más como era habitual, eso hicieron a pesar de que gran parte de la grada ya estaba llena. Los aficionados que aun quedaban fuera del estadio invadieron la entrada y entraban sin control. Como había tanto aficionado intentando entrar y estaban empujándose unos a otros, la gente que ya estaba dentro iba poco a poco haciendo una especie de ruck como en rugby produciéndose así aplastamientos entre los allí presentes. El nerviosismo invadió a afición y a policía, y ésta tomó la peor decisión de todas, meter a la afición en una grada que no era más que una trampa, ya que la puerta por la que entraron solo te llevaba al sector central del fondo.
Por esa entrada pasarían más de un millar de aficionados, muchos de ellos sin entrada. La gente entraba y el fondo se llenó en poco tiempo. Algunos lograron salvarse pudiendo subir a la parte alta ayudada por la gente que estaba arriba.
Como el partido se inició a la hora prevista el partido se empezó a jugar. El que era el portero del Livepool, Bruce Grobbelaar, reportó a los árbitros de la situación. Tras un golpe en la valla de Peter Beardsley dicha valla se vino abajo y muchos de los aficionados invadieron el campo, acción que fue vista como una más de los hooligans e intentó contener la invasión. Al poco tiempo se vio que no y abrieron todas las puertas para que la gente pudiera salir. Ya con el partido parado y con la gente necesitando asistencia la policía seguía sin dejar entrar a las ambulancias por que pensaban que era una acción más de los fans más violentos. Con la situación así los propios aficionados se auxiliaron entre ellos llegando a utilizar las vallas publicitarias como camillas para evacuar a los heridos.
Tottenham Hotspur v Liverpool - UEFA Champions League Final
En esta catástrofe murieron ese día 94 personas, otro moriría cuatro días después y la última cuatro años después en 1993. A las 96 personas muertas hay que sumar los 766 heridos y todos los daños a todos los niveles tanto en el club como en la ciudad que esto produjo.
Ya al día siguiente las portadas apuntaban a que no se había actuado bien y se apuntaba a un estamento culpable. La primera investigación apuntaba que fue culpa de un exceso de aforo y a que el estadio no estaba en las mejores condiciones. Años después la organización de Justice for the 96 luchó por que una investigación independiente estudiase el caso. Esta investigación culpó a la seguridad del estadio y a la policía de la tragedia. Con esto, El primer ministro británico, David Cameron, ofreció sus disculpas en la Cámara de los Comunes a todos los damnificados. Con todos esto, la mayoría de las familias de las víctimas sintieron que finalmente se hizo justicia.
Como recuerdo, año tras año y sin falta, el entrenador y el capitán del Primer Equipo masculino del Liverpool ofrecen sus respetos a las víctimas y ponen un ramo de rosas en el monumento que hay a las 96 víctimas en Anfield. Este año, debido a la crisis del COVID-19, no se ha podido hacer presencial pero ambos han hecho llegar un vídeo mostrando sus respetos.
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