Cerca de 1.500 seguidores griegos viajarán el jueves a Zaragoza. La Delegación del Gobierno se coordina con el club para evitar problemas. Un grupo de aficionados del Zaragoza deberá cambiar sus sitios.
Lo ha exigido la UEFA: el partido entre el Real Zaragoza y el Aris Salónica del jueves en La Romareda ha sido declarado de alto riesgo. Al estilo de lo que ocurre en el ámbito estrictamente deportivo -en el que el Zaragoza concurre con un resultado complicado (1-0)- la organización del encuentro tiene perfiles comprometidos.El conjunto aragonés no cree que se vayan a crear mayores complicaciones que un partido de Liga, pero los mandatarios europeos quieren todas las garantías de seguridad. Más aún, cuando hay un equipo griego en juego.En torno a 1.500 aficionados del cuadro de Salónica viajan a Zaragoza para respaldar a la escuadra de Dusan Bajevic en su aventura europea. Se cumplen a rajatabla las obligaciones del cuadro zaragocista, que debe ofrecer al rival el 5% del aforo del estadio. Si bien no han solicitado un mayor número de localidades, la ilusión que ha despertado la eliminatoria ha animado a un buen puñado de aficionados a desplazarse hasta la capital aragonesa.En principio, de acuerdo con los paquetes de viajes que se ofrecen en Grecia, los seguidores viajan en avión el mismo jueves y emprenden la vuelta tras el partido.No es la del Aris una afición especialmente conflictiva. Vive con intensidad el duelo, pero se muestra correcta y respetuosa, en términos generales. Así lo explicaba el ex técnico de los griegos Juan Carlos Oliva, buen conocedor de los entresijos de la formación helena. No se puede perder de vista, además, que las ofertas de las agencias incluyen la entrada, por lo que no van a existir aficionados sin localidad pululando en los aledaños del estadio.Pero nadie se fía y se tomarán todas las medidas de precaución necesarias. El desembarco de la afición de Salónica exige la puesta en marcha de singulares medidas de seguridad. La Delegación del Gobierno coordina el trabajo del club y de las Fuerzas de Seguridad que atenderán el jueves el acontecimiento desde el mismo momento de la llegada de los griegos. Su desembarco afecta a la distribución de las aficiones: el millar y medio de griegos se ubicarán en una de las esquinas de la zona sur del campo. Pero será preciso reubicar a algunos de los seguidores del Real Zaragoza.Tanto el número de visitantes como la necesidad de observar una estricta separación entre aficiones desplaza a un grupo de zaragocistas de sus localidades habituales: la redistribución afecta tanto a algunos miembros del Colectivo 1932 como a seguidores del otro lado de esa esquina.Pero lo que está claro es que el ambiente del jueves en La Romareda no debe marcarlo la marea amarilla del Aris. El entrenador del Real Zaragoza Víctor Fernández ya ha pedido una implicación explícita y muy singular de la afición para tratar de sacar adelante la primera ronda de la UEFA, antesala de los grupos europeos. El conjunto aragonés arrastra un mal resultado, aunque a nadie se le escapa que -por calidad y categoría- tiene la obligación de dejar en la cuneta al cuadro griego.Sin duda, la victoria cosechada el sábado ante el Sevilla, al margen del juego deplegado por el conjunto aragonés, debe tener un efecto balsámico. Y, sobre todo, ofrecer tranquilidad y estimular al conjunto para afrontar con garantías el primer gran examen de la temporada.Para ello, La Romareda debe jugar un papel decisivo e intentar llevar en volandas a una formación atascada en el juego y necesitada de estímulos. Incluso en el caso de que las cosas pudieran torcerse. El Aris contará con el respaldo de un millar y medio de seguidores, apenas una gota en el inmenso oceáno blanquillo del santuario zaragocista.
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