El estadio Castalia incumple la normativa vigente. Así se desprende de un informe policial, que conocen tanto el ayuntamiento como el club, redactado en el inicio de la temporada presente y coincidiendo con la entrada en vigor de la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el Deporte, y el Real Decreto 393/2007 por el que se aprueba la Norma Básica de Autoprotección, que desnuda las carencias del coliseo albinegro. No es sólo que el videomarcador no funcione la mitad de los partidos, ni que los asientos estén rotos o manchados de heces de palomas, el asunto es más grave.
El informe, al que ha tenido acceso Levante de Castelló, es demoledor. El estadio en sí, simplemente, es un desastre. La conservación resulta deficitaria. Las reformas realizadas, inadecuadas. La manera de gestionarlo los días de partido, incorrecta.Castalia, campo municipal, fue construido en el año 1987 y, después del ascenso a la división de plata, el alcalde Alberto Fabra, nombrado tras la renuncia de José Luis Gimeno, promete e impulsa una reforma durante el verano de 2005. Esta mejora, según el informe, consistió principalmente en «quitar la valla circundante del terreno de juego sustituyéndola por una barandilla de un metro de altura, soterrar el terreno de juego dos metros (destrozando el sistema de drenaje del campo e imposibilitando la visión de las porterías desde algunas zonas de los Goles Altos, añado), y tapar el foso para crear tres filas más de asientos a lo largo de todo el perímetro y así ampliar la capacidad del estadio, reubicar a la afición visitante en preferencia alta y otras remodelaciones menores de las dependencias».Reforma contraproducenteEl Coordinador de Seguridad que redacta el informe critica las reformas y significa que «ninguna de ellas» fue encaminada a «mejorar o aumentar las medidas de seguridad y, alguna de ellas» contravino lo dispuesto «en los artículos 71. 3 y 4 de la Ley 10/90 del Deporte», en su título referente a la seguridad en instalaciones deportivas. Unos artículos que aluden a cuestiones como la distancia y elementos de separación entre el terreno de juego y la primera línea de asientos, los túneles de acceso a vestuarios o la prohibición o limitación del aumento del número de espectadores.La reforma no evitó que algunas de las estructuras antiguas del estadio se encuentren en mal estado. El escrito continúa y afirma que el once de marzo de 2006, durante el partido contra el Sporting de Gijón, de la grada de Gol Norte Alto «se desprendieron trozos de cemento de tamaño considerable que dejaban ver barrotes del encofrado». La chapuza es palpable: «se solicitó al Ayuntamiento un informe técnico de idoneidad de las estructuras, que no ha sido realizado».De igual modo, con la reforma realizada con motivo del retorno de la entidad a la Segunda división, la zona reservada a la afición visitante quedó establecida en Preferencia Alta junto al Gol Norte, «compartiendo la puerta de acceso con los aficionados locales».El informe es una avalancha que no se detiene. El estadio, una mentira peligrosa. «Carece de plan de evacuación», ya que el existente ha quedado obsoleto y, encima, las obras de los últimos años lo han empeorado. «Los baños (añadidos con posterioridad) obstaculizan gravemente las vías de evacuación de los fondos. La construcción en años pasados de las oficinas del club, taponan un acceso (?)».Y por si fuera poco «el año pasado se instaló un cerramiento de vallas en las puertas de salida a la avenida Benicàssim, única vía amplia de evacuación, que supone un embudo a la misma». Con las vallas desaparecieron los indigentes que dormían en los alrededores, los problemas se solucionan así, quitándolos de la vista. Además se carece de «bocas de incendio» y «megafonía exterior».Sin control de accesoAún hay más. Castalia «no dispone de unidad de control organizativo, ni de sistema informatizado de venta de entradas y control de accesos». E incide, «los lectores de entradas y pases de las puertas son inoperantes, ´de pega´». Es decir, un carnet puede ser usado varias veces, de hecho así lo han detectado. «Algunos aficionados conocedores de la situación lanzan los pases y entradas a la calle para ser utilizados de nuevo». No es que queramos dar ideas pero «el presente año el único control de accesos y de entradas y pases de abono consiste en mostrarlos al portero». En este aspecto, fuentes consistoriales aseguran que la instalación de tornos en las puertas del estadio se llevará a cabo antes del próximo partido en Castalia, previo envío de los mismos por parte de la LFP.Por último, el documento critica el «servicio de seguridad privada» contratado por el club, ya que lo considera «reiteradamente insuficiente, disponiendo durante los partidos de un 20% de vigilantes menos de los establecidos en la reunión previa de seguridad».
El informe, al que ha tenido acceso Levante de Castelló, es demoledor. El estadio en sí, simplemente, es un desastre. La conservación resulta deficitaria. Las reformas realizadas, inadecuadas. La manera de gestionarlo los días de partido, incorrecta.Castalia, campo municipal, fue construido en el año 1987 y, después del ascenso a la división de plata, el alcalde Alberto Fabra, nombrado tras la renuncia de José Luis Gimeno, promete e impulsa una reforma durante el verano de 2005. Esta mejora, según el informe, consistió principalmente en «quitar la valla circundante del terreno de juego sustituyéndola por una barandilla de un metro de altura, soterrar el terreno de juego dos metros (destrozando el sistema de drenaje del campo e imposibilitando la visión de las porterías desde algunas zonas de los Goles Altos, añado), y tapar el foso para crear tres filas más de asientos a lo largo de todo el perímetro y así ampliar la capacidad del estadio, reubicar a la afición visitante en preferencia alta y otras remodelaciones menores de las dependencias».Reforma contraproducenteEl Coordinador de Seguridad que redacta el informe critica las reformas y significa que «ninguna de ellas» fue encaminada a «mejorar o aumentar las medidas de seguridad y, alguna de ellas» contravino lo dispuesto «en los artículos 71. 3 y 4 de la Ley 10/90 del Deporte», en su título referente a la seguridad en instalaciones deportivas. Unos artículos que aluden a cuestiones como la distancia y elementos de separación entre el terreno de juego y la primera línea de asientos, los túneles de acceso a vestuarios o la prohibición o limitación del aumento del número de espectadores.La reforma no evitó que algunas de las estructuras antiguas del estadio se encuentren en mal estado. El escrito continúa y afirma que el once de marzo de 2006, durante el partido contra el Sporting de Gijón, de la grada de Gol Norte Alto «se desprendieron trozos de cemento de tamaño considerable que dejaban ver barrotes del encofrado». La chapuza es palpable: «se solicitó al Ayuntamiento un informe técnico de idoneidad de las estructuras, que no ha sido realizado».De igual modo, con la reforma realizada con motivo del retorno de la entidad a la Segunda división, la zona reservada a la afición visitante quedó establecida en Preferencia Alta junto al Gol Norte, «compartiendo la puerta de acceso con los aficionados locales».El informe es una avalancha que no se detiene. El estadio, una mentira peligrosa. «Carece de plan de evacuación», ya que el existente ha quedado obsoleto y, encima, las obras de los últimos años lo han empeorado. «Los baños (añadidos con posterioridad) obstaculizan gravemente las vías de evacuación de los fondos. La construcción en años pasados de las oficinas del club, taponan un acceso (?)».Y por si fuera poco «el año pasado se instaló un cerramiento de vallas en las puertas de salida a la avenida Benicàssim, única vía amplia de evacuación, que supone un embudo a la misma». Con las vallas desaparecieron los indigentes que dormían en los alrededores, los problemas se solucionan así, quitándolos de la vista. Además se carece de «bocas de incendio» y «megafonía exterior».Sin control de accesoAún hay más. Castalia «no dispone de unidad de control organizativo, ni de sistema informatizado de venta de entradas y control de accesos». E incide, «los lectores de entradas y pases de las puertas son inoperantes, ´de pega´». Es decir, un carnet puede ser usado varias veces, de hecho así lo han detectado. «Algunos aficionados conocedores de la situación lanzan los pases y entradas a la calle para ser utilizados de nuevo». No es que queramos dar ideas pero «el presente año el único control de accesos y de entradas y pases de abono consiste en mostrarlos al portero». En este aspecto, fuentes consistoriales aseguran que la instalación de tornos en las puertas del estadio se llevará a cabo antes del próximo partido en Castalia, previo envío de los mismos por parte de la LFP.Por último, el documento critica el «servicio de seguridad privada» contratado por el club, ya que lo considera «reiteradamente insuficiente, disponiendo durante los partidos de un 20% de vigilantes menos de los establecidos en la reunión previa de seguridad».
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