El Calcio regresa dos semanas después del último, o quizá penúltimo, domingo negro. Aquel que desató la absurda muerte de un aficionado de la Lazio por el disparo de un policía en una gasolinera. Fue la excusa para los graves incidentes de grupos ultras en Roma, Milán y el resto del país, con asalto incluido a dos comisarías en la capital italiana. El ministerio de Interior, a través del Observatorio para la violencia, anunció medidas duras que se aplican por primera vez a partir de este sábado. La más llamativa, prohibir el desplazamiento de los grupos ultras con sus equipos en los partidos fuera de casa. Dicho y hecho, en seis de los diez partidos de este fin de semana no habrá hinchada visitante. Ese sector de la grada estará cerrado y además se ha controlado de forma maquiavélica la venta de billetes: sólo se puede comprar uno por persona, dejando nombre y apellidos como hasta ahora, pero encima no se puede adquirir más que en la provincia donde se juega el partido. Pero la grada no se quedará vacía. Los fondos y sectores de visitantes, un 5% del aforo, cerrados a los ‘tifosi’ se abrirán a niños, escuelas y familias, una curiosa idea aprobada anteayer para lavar la cara al Calcio. De este modo, ya en los dos encuentros de hoy, la Roma viajará sola a Génova a enfrentarse al Genoa, sin sus ultras, y también el Atalanta a San Siro, contra el Inter. Sin embargo, en el fondo de Milán habrá 6.000 niños y unos 600 en Génova, y en los encuentros de mañana ocurrirá lo mismo.
Cambio radical
Es un cambio radical y sin duda será la imagen de la jornada. En vez de energúmenos encapuchados, niños merendando. Desde hace años, ir al fútbol con los críos en Italia se había convertido a menudo casi en una temeridad, por los habituales incidentes dentro y fuera del estadio. Además, la afluencia a los campos no hacía más que bajar, no sólo por los partidos televisados, sino porque las gradas eran un lugar cada vez más hostil. Habrá que ver en qué acaba todo, pero de momento la mano dura es firme. En el caso del Atalanta la medicina será especialmente amarga. No tendrá ultras ni siquiera en su campo durante cuatro meses, pues fue en este estadio donde el domingo de los horrores desfondaron el cristal protector de la grada y exigieron, y consiguieron, suspender el partido. Por otro lado, a partir de marzo se implantará el llamado ‘carnet del tifoso’, para crear una afición oficial y controlada en todos los clubes. Será una identificación que permitirá viajar con el equipo y dará facilidades de venta, acceso y ofertas especiales. En los partidos de este domingo se quedarán en casa los ‘tifosi’ de Milan, Catania, Torino y Sampdoria. Es decir, todas las aficiones consideradas peligrosas están en cuarentena, así como los partidos de riesgo. El Observatorio para la Violencia se reunirá cada semana para evaluar los partidos y hacer la lista de vetos. Sólo la irá cambiando a medida que las aficiones vayan demostrando su buena conducta. Del mismo modo, anteayer adelantaron que la semana que viene habrá cinco partidos más sin ultras visitantes, entre ellos el Milan-Juventus y Fiorentina-Inter. Hay un partido muy delicado, el Catania-Palermo, con el que no saben qué hacer y la decisión se ha aplazado. Es el encuentro donde murió en febrero el agente Filippo Raciti en graves enfrentamientos con ultras. Ambas aficiones hicieron limpieza y se han comportado desde entonces, pero sigue siendo el símbolo de lo bajo que ha caído el Calcio.
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