Dos de los hinchas involucrados en la muerte de Fernando López Passaro fueron enviados a prisión. La investigación y la polémica en torno al caso continúan abiertas. La venganza de barrabravas fue el móvil del crimen.
La investigación en torno al trágico suceso del sábado pasado evidenció un trasfondo preocupante. Una venganza jurada contra el hincha tricolor López Passaro ambientó el homicidio. El motivo de esa venganza era la estrecha amistad de la víctima con un reconocido hincha de Peñarol, conocido como "el Negro César".
Un móvil que aleja el partido disputado entre Nacional y Defensor una hora y media antes del crimen. Pero pone sobre el tapete la presencia de grupos de hinchas violentistas.
Poco después del mediodía, el juez de 3er. Turno en lo Penal Sergio Torres, dio a conocer el fallo que determinó prisión para dos de los hinchas indagados y la libertad para los dos restantes. Washington César Silva González (55), poseedor de antecedentes penales, y C.D.M. (28) fueron procesados por un delito de lesiones personales en concurrencia con un delito de homicidio en calidad de cómplices.
El fallo, en rigor, no cierra del todo el caso puesto que la tipificación no establece quién disparó el gatillo, sino la responsabilidad penal de los dos imputados en una disputa que terminó con la muerte del hincha tricolor. Una pieza clave para la resolución del caso no apareció hasta ahora: el arma de fuego utilizada, en apariencia un revólver calibre 22. Fuentes de la investigación indicaron que la falta del arma, "que desapareció", recorta los alcances de las pericias forenses.
En cambio, se descartaron otras versiones, como la de la presencia de más de un arma de fuego durante el violento incidente. Un testigo poco confiable era quien había introducido esta versión durante la investigación preliminar del caso.
Y también se diluyó el vínculo entre el episodio y el partido disputado una hora y media antes. El móvil, en realidad, es previo a este cotejo y también a otros, puesto que se liga a la pertenencia de grupos de fanáticos a uno u otro bando de las tradicionales casacas rivales.
Venganza jurada. "Lo que se pudo establecer fue que quien resultara muerto salió de su casa con el arma, dado que estaba advertido de que podían tomar venganza contra él", explicó una fuente judicial consultada por El País.
De todas formas la indagatoria judicial no logró establecer de manera fehaciente si, efectivamente, López Passaro salió de su casa -a media cuadra del autoservice de Comandante Braga y Carlos Anaya- con su arma de fuego.
La hipótesis más firme es que sí lo hizo y que durante el forcejeo con uno de los dos ahora procesados, uno de los oponentes se apoderó del arma y efectuó los disparos.
"No tenemos un testigo que diga quién disparó el arma", precisó la fuente judicial. Ello pesó a la hora de definir la autoría material del crimen y llevó a la fiscal Diana Salvo y al juez Sergio Torres a concluir en la fórmula de "homicidio en calidad de cómplices".
Dadas las características del hecho, la fiscalía echó mano al Artículo 65 del Código Penal, "De la participación en muchedumbre" en la comisión de un delito. En particular, el inciso segundo de este artículo establece: "Si la reunión no tuviera por objeto cometer delitos y estos se cometieran después, por impulso de la muchedumbre, en tumulto, responderán como cómplices todos los que hubieran participado materialmente en la ejecución…".
Al analizar los hechos a la luz de ese artículo surge claramente que "hay un bando que ataca a dos personas, y de eso resulta uno muerto y el otro herido", explicaron las fuentes.
Sin embargo, lo que la indagatoria fue dejando al descubierto es un dato por demás inquietante. "El móvil parece bastante claro, la hinchada `se la tenía que dar`, como ellos mismos declaran, por ser amigo de un hincha del cuadro contrario", apuntaron las fuentes.
El violento accionar de barrabravas y sus códigos fue un elemento analizado con particular énfasis por los magistrados actuantes. "Si por un lado es evidente que el hecho no tenía nada que ver con el partido, sí es claro que tenía que ver con el fútbol y con unos valores totalmente pervertidos por parte de algunos hinchas", comentaron las fuentes judiciales.
Indagados. Desde la fiscalía se estudia la posibilidad de ampliar la investigación, señalaron fuentes judiciales. Ello podría derivar en nuevas detenciones o personas indagadas en torno al homicidio.
Otros dos elementos podrían cambiar incluso la carátula del expediente judicial. El hallazgo del arma o la aparición de nuevos testimonios que confirmen o amplíen los procesamientos, señalaron las fuentes.
Por lo pronto la División Homicidios de la Dirección de Investigaciones no ha recibido directivas del Juzgado Penal de 3er. Turno, según indicaron fuentes policiales.
De todas formas, en los próximos días el caso del hincha tricolor asesinado podría dar lugar a nuevas derivaciones. Incluso, más allá del ámbito judicial y policial.
Dirigente de Peñarol hará la denuncia
La investigación en torno al trágico suceso del sábado pasado evidenció un trasfondo preocupante. Una venganza jurada contra el hincha tricolor López Passaro ambientó el homicidio. El motivo de esa venganza era la estrecha amistad de la víctima con un reconocido hincha de Peñarol, conocido como "el Negro César".
Un móvil que aleja el partido disputado entre Nacional y Defensor una hora y media antes del crimen. Pero pone sobre el tapete la presencia de grupos de hinchas violentistas.
Poco después del mediodía, el juez de 3er. Turno en lo Penal Sergio Torres, dio a conocer el fallo que determinó prisión para dos de los hinchas indagados y la libertad para los dos restantes. Washington César Silva González (55), poseedor de antecedentes penales, y C.D.M. (28) fueron procesados por un delito de lesiones personales en concurrencia con un delito de homicidio en calidad de cómplices.
El fallo, en rigor, no cierra del todo el caso puesto que la tipificación no establece quién disparó el gatillo, sino la responsabilidad penal de los dos imputados en una disputa que terminó con la muerte del hincha tricolor. Una pieza clave para la resolución del caso no apareció hasta ahora: el arma de fuego utilizada, en apariencia un revólver calibre 22. Fuentes de la investigación indicaron que la falta del arma, "que desapareció", recorta los alcances de las pericias forenses.
En cambio, se descartaron otras versiones, como la de la presencia de más de un arma de fuego durante el violento incidente. Un testigo poco confiable era quien había introducido esta versión durante la investigación preliminar del caso.
Y también se diluyó el vínculo entre el episodio y el partido disputado una hora y media antes. El móvil, en realidad, es previo a este cotejo y también a otros, puesto que se liga a la pertenencia de grupos de fanáticos a uno u otro bando de las tradicionales casacas rivales.
Venganza jurada. "Lo que se pudo establecer fue que quien resultara muerto salió de su casa con el arma, dado que estaba advertido de que podían tomar venganza contra él", explicó una fuente judicial consultada por El País.
De todas formas la indagatoria judicial no logró establecer de manera fehaciente si, efectivamente, López Passaro salió de su casa -a media cuadra del autoservice de Comandante Braga y Carlos Anaya- con su arma de fuego.
La hipótesis más firme es que sí lo hizo y que durante el forcejeo con uno de los dos ahora procesados, uno de los oponentes se apoderó del arma y efectuó los disparos.
"No tenemos un testigo que diga quién disparó el arma", precisó la fuente judicial. Ello pesó a la hora de definir la autoría material del crimen y llevó a la fiscal Diana Salvo y al juez Sergio Torres a concluir en la fórmula de "homicidio en calidad de cómplices".
Dadas las características del hecho, la fiscalía echó mano al Artículo 65 del Código Penal, "De la participación en muchedumbre" en la comisión de un delito. En particular, el inciso segundo de este artículo establece: "Si la reunión no tuviera por objeto cometer delitos y estos se cometieran después, por impulso de la muchedumbre, en tumulto, responderán como cómplices todos los que hubieran participado materialmente en la ejecución…".
Al analizar los hechos a la luz de ese artículo surge claramente que "hay un bando que ataca a dos personas, y de eso resulta uno muerto y el otro herido", explicaron las fuentes.
Sin embargo, lo que la indagatoria fue dejando al descubierto es un dato por demás inquietante. "El móvil parece bastante claro, la hinchada `se la tenía que dar`, como ellos mismos declaran, por ser amigo de un hincha del cuadro contrario", apuntaron las fuentes.
El violento accionar de barrabravas y sus códigos fue un elemento analizado con particular énfasis por los magistrados actuantes. "Si por un lado es evidente que el hecho no tenía nada que ver con el partido, sí es claro que tenía que ver con el fútbol y con unos valores totalmente pervertidos por parte de algunos hinchas", comentaron las fuentes judiciales.
Indagados. Desde la fiscalía se estudia la posibilidad de ampliar la investigación, señalaron fuentes judiciales. Ello podría derivar en nuevas detenciones o personas indagadas en torno al homicidio.
Otros dos elementos podrían cambiar incluso la carátula del expediente judicial. El hallazgo del arma o la aparición de nuevos testimonios que confirmen o amplíen los procesamientos, señalaron las fuentes.
Por lo pronto la División Homicidios de la Dirección de Investigaciones no ha recibido directivas del Juzgado Penal de 3er. Turno, según indicaron fuentes policiales.
De todas formas, en los próximos días el caso del hincha tricolor asesinado podría dar lugar a nuevas derivaciones. Incluso, más allá del ámbito judicial y policial.
Dirigente de Peñarol hará la denuncia
Jorge savia El Tribunal de Penas de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tratará el caso del incidente que culminó con la muerte del hincha de Nacional, que ocurrió más de una hora después que Nacional ganara 4 a 0 ante Defensor Sporting.
El presidente de la AUF, José Luis Corbo, consideró ayer que "el espectáculo estaba totalmente finalizado, por lo que no corresponde la quita de puntos". No obstante, Corbo admitió que si hay una denuncia -ya sea de Peñarol, de otro club o de un tercero- será tratada por el Tribunal.
La certeza de que el mencionado órgano de la AUF tomará cartas, proviene de que Felisindo Domínguez, integrante de la Mesa Ejecutiva de Primera División que representa a Peñarol, solicitaría a título personal la actuación del Tribunal. Pero primero aguardará a recibir el parte policial donde se describe lo acontecido en las cercanías del Parque Central.
Por su parte, integrantes de la Comisión de Seguridad en el Deporte señalaron que, en la reunión prevista para hoy, se resolverá enviar ese informe a la AUF. Al ser consultado sobre la posible denuncia, Domínguez argumentó que "no es un tema de revancha".
El dirigente aludía al caso de la muerte del hincha de Cerro, Héctor Da Cunha, que el 11 de marzo de 2006 fue asesinado por un grupo de hinchas de Peñarol, lo que derivó en la quita de 12 puntos para el aurinegro. "El lunes pasado fui a la Mesa Ejecutiva con la intención de parar el fútbol, como pasó luego de la muerte de Da Cunha y dije un montón de cosas", recordó Domínguez. "Con las distancias enormes que puede haber entre la situación de este muchacho que mataron ahora y un hincha como Da Cunha, más todo lo que me quieran decir, pero son dos muertes, y no veo por qué una debe ser diferente a la otra".
Peñarol, oficialmente, no presentará denuncia. Tampoco se expidió institucionalmente en torno al tema. Hoy, entonces, será un día clave para saber cómo termina el tema.
Las penas
El presidente de la AUF, José Luis Corbo, consideró ayer que "el espectáculo estaba totalmente finalizado, por lo que no corresponde la quita de puntos". No obstante, Corbo admitió que si hay una denuncia -ya sea de Peñarol, de otro club o de un tercero- será tratada por el Tribunal.
La certeza de que el mencionado órgano de la AUF tomará cartas, proviene de que Felisindo Domínguez, integrante de la Mesa Ejecutiva de Primera División que representa a Peñarol, solicitaría a título personal la actuación del Tribunal. Pero primero aguardará a recibir el parte policial donde se describe lo acontecido en las cercanías del Parque Central.
Por su parte, integrantes de la Comisión de Seguridad en el Deporte señalaron que, en la reunión prevista para hoy, se resolverá enviar ese informe a la AUF. Al ser consultado sobre la posible denuncia, Domínguez argumentó que "no es un tema de revancha".
El dirigente aludía al caso de la muerte del hincha de Cerro, Héctor Da Cunha, que el 11 de marzo de 2006 fue asesinado por un grupo de hinchas de Peñarol, lo que derivó en la quita de 12 puntos para el aurinegro. "El lunes pasado fui a la Mesa Ejecutiva con la intención de parar el fútbol, como pasó luego de la muerte de Da Cunha y dije un montón de cosas", recordó Domínguez. "Con las distancias enormes que puede haber entre la situación de este muchacho que mataron ahora y un hincha como Da Cunha, más todo lo que me quieran decir, pero son dos muertes, y no veo por qué una debe ser diferente a la otra".
Peñarol, oficialmente, no presentará denuncia. Tampoco se expidió institucionalmente en torno al tema. Hoy, entonces, será un día clave para saber cómo termina el tema.
Las penas
El delito de homicidio, previsto en el Artículo 310 del Código Penal, tiene una sanción de "veinte meses de prisión a doce años de penitenciaría". En este caso se juzgó en calidad de "cómplices" a los dos procesados, en aplicación del Artículo 65 referido a la "participación en muchedumbre", en su inciso segundo, que establece esta categoría para todos a quienes se pruebe su participación en un tumulto y por cuyo impulso se cometió el delito. El delito de lesiones personales está previsto en el Artículo 316 del Código Penal y establece que: "El que, sin intención de matar causare a alguna persona una lesión personal, será castigado con pena de prisión de tres a doce meses", delito por el que se los calificó sí en este caso como autores.
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