Hace un tiempo se conoció la información que algunos barrabravas argentinos habían viajado a México y Colombia para “instruir” a las hinchadas de esos países. El sociólogo mexicano Fernando Segura Trejo explicó a Perfil.com cómo el fútbol argentino también exportó lo peor de su idiosincrasia a las tierras aztecas .
“Todo comenzó a mediados de la década del ’90. Los dirigentes del Pachuca por un lado y los del América por el otro querían ‘imitar la pasión que hay en el fútbol argentino’ y decidieron traer hinchas argentinos. Lo veían de una manera muy ingenua, e incluso hasta con buenas intenciones. El problema fue que contrataron barras”, explicó Segura Trejo.
Claro que la masificación no tardó en llegar y hoy casi todas las hinchadas en México tienen una barra brava. “Los problemas de violencia con estas hinchadas ya es cotidiano acá. Se han organizado como en Argentina e incluso han adoptado palabras de allá que antes no se usaban como ‘aguante’, ‘hinchada’ o ‘trapos’”.
“Los llevaron a sueldo, pagándoles además la vivienda donde viven. Yo se del caso de un barrabrava de Rosario Central que ganaba 600 dólares por partido. Pero también vinieron gente de Chacarita, Argentinos Juniors y Chicago. Seguramente hay de otros equipos”, describió el sociólogo mexicano a Perfil.com.
En México están preocupados porque el tema se les fue de las manos y ya no pueden controlar a las “porras” como se las denominaba a las hinchadas antes de que aparecieran los barras argentinos. La gente podía ir al estadio, sentarse al lado de un simpatizante rival y no iba a tener ningún inconveniente. Sin embargo “el aporte argentino” hizo que esto se perdiera, como la llegada de las familias a los estadios en nuestro país.
La relación dirigentes-barras no es tan marcada como sucede en varios de los clubes de Argentina. Pero según relató Segura Trejo a este portal, equipos como el Pachuca o el América “dan entradas y ponen micros, negociando con los barras”. Sin embargo, dijo que “se están buscan políticas para tratar de reducir este clientelismo, pero en ciertos equipos ya está instaurado”.
“Todo comenzó a mediados de la década del ’90. Los dirigentes del Pachuca por un lado y los del América por el otro querían ‘imitar la pasión que hay en el fútbol argentino’ y decidieron traer hinchas argentinos. Lo veían de una manera muy ingenua, e incluso hasta con buenas intenciones. El problema fue que contrataron barras”, explicó Segura Trejo.
Claro que la masificación no tardó en llegar y hoy casi todas las hinchadas en México tienen una barra brava. “Los problemas de violencia con estas hinchadas ya es cotidiano acá. Se han organizado como en Argentina e incluso han adoptado palabras de allá que antes no se usaban como ‘aguante’, ‘hinchada’ o ‘trapos’”.
“Los llevaron a sueldo, pagándoles además la vivienda donde viven. Yo se del caso de un barrabrava de Rosario Central que ganaba 600 dólares por partido. Pero también vinieron gente de Chacarita, Argentinos Juniors y Chicago. Seguramente hay de otros equipos”, describió el sociólogo mexicano a Perfil.com.
En México están preocupados porque el tema se les fue de las manos y ya no pueden controlar a las “porras” como se las denominaba a las hinchadas antes de que aparecieran los barras argentinos. La gente podía ir al estadio, sentarse al lado de un simpatizante rival y no iba a tener ningún inconveniente. Sin embargo “el aporte argentino” hizo que esto se perdiera, como la llegada de las familias a los estadios en nuestro país.
La relación dirigentes-barras no es tan marcada como sucede en varios de los clubes de Argentina. Pero según relató Segura Trejo a este portal, equipos como el Pachuca o el América “dan entradas y ponen micros, negociando con los barras”. Sin embargo, dijo que “se están buscan políticas para tratar de reducir este clientelismo, pero en ciertos equipos ya está instaurado”.
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