El fútbol brasileño vivió un domingo sangriento, marcado por conflictos entre hinchadas rivales en las ciudades de Sao Paulo y Belo Horizonte que culminaron con la muerte de una persona y con heridas a otras 40, según un balance divulgado hoy por las autoridades.
El caso más grave ocurrió en la ciudad de Belo Horizonte, donde un hincha del Atlético Mineiro, de 20 años de edad, murió tras ser herido de un balazo en el cuello por dos hombres armados que dispararon desde una motocicleta hacia la parada de autobús en que aguardaba transporte para irse al estadio Mineirao, donde su equipo enfrentaría al Cruzeiro.
En el ataque resultó herido un muchacho de 16 años, primo de la víctima fatal, quien informó a la policía en el hospital que los autores del balazo serían hinchas del Cruzeiro, que se impuso por 2-1 en el partido dominical, válido por el campeonato provincial de Minas Gerais.
El “derby” entre otros dos tradicionales rivales del fútbol brasileño, Sao Paulo y Corinthians, también hizo estallar la violencia después del partido disputado en el estadio Morumbí, que terminó con un empate por 1-1.
Según informó hoy el coronel de la policía militarizada Hervando Velozo, el enfrentamiento se inició después de una explosión ocurrida cerca de la entrada en el estadio.
Velozo informó que la policía intentó tranquilizar la multitud, pero que muchos de los hinchas embistieron contra un grupo de policías, que reaccionaron lanzando bombas sonoras.
El conflicto resultó en heridas a más de 40 personas, de las cuales cinco debieron ser hospitalizadas, y en muchos daños a las dependencias del Morumbí y a algunos vehículos que estaban estacionados cerca del estadio.
Además, la policía arrestó a un aficionado que portaba una bomba de fabricación casera y que está bajo sospecha de haber causado la explosión que hizo estallar el pánico.
El caso más grave ocurrió en la ciudad de Belo Horizonte, donde un hincha del Atlético Mineiro, de 20 años de edad, murió tras ser herido de un balazo en el cuello por dos hombres armados que dispararon desde una motocicleta hacia la parada de autobús en que aguardaba transporte para irse al estadio Mineirao, donde su equipo enfrentaría al Cruzeiro.
En el ataque resultó herido un muchacho de 16 años, primo de la víctima fatal, quien informó a la policía en el hospital que los autores del balazo serían hinchas del Cruzeiro, que se impuso por 2-1 en el partido dominical, válido por el campeonato provincial de Minas Gerais.
El “derby” entre otros dos tradicionales rivales del fútbol brasileño, Sao Paulo y Corinthians, también hizo estallar la violencia después del partido disputado en el estadio Morumbí, que terminó con un empate por 1-1.
Según informó hoy el coronel de la policía militarizada Hervando Velozo, el enfrentamiento se inició después de una explosión ocurrida cerca de la entrada en el estadio.
Velozo informó que la policía intentó tranquilizar la multitud, pero que muchos de los hinchas embistieron contra un grupo de policías, que reaccionaron lanzando bombas sonoras.
El conflicto resultó en heridas a más de 40 personas, de las cuales cinco debieron ser hospitalizadas, y en muchos daños a las dependencias del Morumbí y a algunos vehículos que estaban estacionados cerca del estadio.
Además, la policía arrestó a un aficionado que portaba una bomba de fabricación casera y que está bajo sospecha de haber causado la explosión que hizo estallar el pánico.
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