Los aficionados del Liverpool tomaron ayer la capital antes del partido con el Real Madrid como si estuvieran en casa. Varios cientos de aficionados del equipo inglés pasaron la tarde en la plaza Mayor bebiendo.
A las siete sólo quedaban restos de basura y grupúsculos de aficionados, dejándose la voz con el You'll never walk alone (Nunca caminarás solo), el estribillo de la canción de su equipo. La mayoría puso rumbo al Bernabéu. En el metro, una decena de hinchas saltaron y golpearon, uno de ellos con su anillo de oro, las barras del suburbano.
Por las escaleras mecánicas de salida al estadio algún gracioso le dio al stop, con el pertinente amago de morrazo de los que subían.
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