El Real Madrid-Liverpool era un partido de riesgo tanto en el césped como en las gradas. El dispositivo policial en este tipo de partidos es enorme y no es para menos. Es necesario controlar a los más de 2.000 hinchas que llegaron sin entrada.
En el aeropuerto de Barajas y a doce horas del partido es cuando la policía comienza a ponerse en alerta para controlar a la masa de ingleses que llega para acompañar a su Liverpool. En pocas horas, la afición ‘red’ toma el centro de la capital y el alcohol comienza a hacer los primeros estragos.
El cuerpo policial previene de que la hinchada inglesa lance cualquier tipo de objeto o provoque algún destrozo. Además, la policía obliga a los del Liverpool a tomar una determinada ruta diseñada previamente y dotada de mediadas antiterroristas.
Más de 300 policías de la unidad de intervención se preparan para controlar los aledaños del Bernabéu. El dispositivo hace que el Liverpool llegue al estadio por un lado y el Madrid lo haga por otro para evitar posibles choque entre aficionados.
La policía también controla a los Ultra-sur. Para evitar avalanchas montan un control de seguridad a la entrada. Se detectan más de 700 entradas falsas y algunos se resisten a abandonar el estadio.
A la salida del apenas hay incidentes, sólo un hincha del Real Madrid es detenido tras el partido. Los aficionados del Liverpool se vuelven a casa tranquilos y con el sabor de la victoria.
En el aeropuerto de Barajas y a doce horas del partido es cuando la policía comienza a ponerse en alerta para controlar a la masa de ingleses que llega para acompañar a su Liverpool. En pocas horas, la afición ‘red’ toma el centro de la capital y el alcohol comienza a hacer los primeros estragos.
El cuerpo policial previene de que la hinchada inglesa lance cualquier tipo de objeto o provoque algún destrozo. Además, la policía obliga a los del Liverpool a tomar una determinada ruta diseñada previamente y dotada de mediadas antiterroristas.
Más de 300 policías de la unidad de intervención se preparan para controlar los aledaños del Bernabéu. El dispositivo hace que el Liverpool llegue al estadio por un lado y el Madrid lo haga por otro para evitar posibles choque entre aficionados.
La policía también controla a los Ultra-sur. Para evitar avalanchas montan un control de seguridad a la entrada. Se detectan más de 700 entradas falsas y algunos se resisten a abandonar el estadio.
A la salida del apenas hay incidentes, sólo un hincha del Real Madrid es detenido tras el partido. Los aficionados del Liverpool se vuelven a casa tranquilos y con el sabor de la victoria.
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