Si la noche del Sutton ha de servir para que la plantilla del Espanyol se ponga las pilas y para que afición, club y jugadores den contenido a la campaña Tots junts podem,habrá que darla por buena. A las lecciones que Pochettino extrajo del error, ayer se sumó una novedosa iniciativa: la plantilla pagará los autocares que lleven a la afición a Vila-real el fin de semana del 7 y 8 de marzo.
Una cena muy diferente a la que desencadenó la polémica salida, la que mantuvieron directivos, técnicos, los cuatro capitales del primer equipo y representantes de peñas y accionistas el pasado 27 de enero, sentó las bases de una iniciativa que sólo tiene precedentes en el Athletic y el Depor. Fue precisamente allí donde se planteó la posibilidad de organizar conjuntamente los próximos desplazamientos. En ningún momento se habló de que los jugadores corriesen con los gastos, aunque, dadas las circunstancias, todas las partes lo han considerado una buena idea. "Tenemos que dar las gracias a los jugadores, porque su respuesta ha sido positiva en cuestión de segundos y eso demuestra su compromiso", explicó ayer el vicepresidente Joan Collet durante la presentación de la iniciativa.
Los jugadores pagarán los autocares que hagan falta y los aficionados tendrán que abonar 30 euros por la entrada, un precio único negociado entre las directivas de Espanyol y Villarreal. En principio, estarán disponibles unas 2.500 localidades, suficientes si se tiene en cuenta que el desplazamiento más multitudinario del club al Madrigal fue de unos 1.400 aficionados. La organización irá a cargo de la Federació Catalana de Penyes y el propio club, y para viajar no será necesario estar vinculado a ninguna peña.
A dos días del reencuentro del equipo con su afición, la iniciativa trata de cerrar una polémica de la que se han desentendido las peñas. "Hay que zanjar este asunto, la situación exige que apoyemos al equipo sin condiciones. A final de temporada ya habrá tiempo de exigir responsabilidades", sentenció Ricardo Fernández, portavoz de la Curva Jove.
Una cena muy diferente a la que desencadenó la polémica salida, la que mantuvieron directivos, técnicos, los cuatro capitales del primer equipo y representantes de peñas y accionistas el pasado 27 de enero, sentó las bases de una iniciativa que sólo tiene precedentes en el Athletic y el Depor. Fue precisamente allí donde se planteó la posibilidad de organizar conjuntamente los próximos desplazamientos. En ningún momento se habló de que los jugadores corriesen con los gastos, aunque, dadas las circunstancias, todas las partes lo han considerado una buena idea. "Tenemos que dar las gracias a los jugadores, porque su respuesta ha sido positiva en cuestión de segundos y eso demuestra su compromiso", explicó ayer el vicepresidente Joan Collet durante la presentación de la iniciativa.
Los jugadores pagarán los autocares que hagan falta y los aficionados tendrán que abonar 30 euros por la entrada, un precio único negociado entre las directivas de Espanyol y Villarreal. En principio, estarán disponibles unas 2.500 localidades, suficientes si se tiene en cuenta que el desplazamiento más multitudinario del club al Madrigal fue de unos 1.400 aficionados. La organización irá a cargo de la Federació Catalana de Penyes y el propio club, y para viajar no será necesario estar vinculado a ninguna peña.
A dos días del reencuentro del equipo con su afición, la iniciativa trata de cerrar una polémica de la que se han desentendido las peñas. "Hay que zanjar este asunto, la situación exige que apoyemos al equipo sin condiciones. A final de temporada ya habrá tiempo de exigir responsabilidades", sentenció Ricardo Fernández, portavoz de la Curva Jove.
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