El próximo reto de seguridad de los Mossos y la Guardia Urbana llegará 72 horas después de la celebración del título de Liga del FC Barcelona. La ciudad espera mañana la llegada de 45.000 hinchas del Atlético de Madrid y 25.000 del Sevilla, que disputarán mañana la final de la Copa del Rey en el Camp Nou, lo que obligará a las instituciones catalanas a un esfuerzo extraordinario para garantizar la seguridad - los finalistas cuentan con facciones ultra que no se dispensan muchas simpatías mutuas-y la movilidad antes, durante y después del choque que enfrentará a colchoneros y sevillistas. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) obliga a separar las dos aficiones el máximo posible en este tipo de eventos.
Por ello se habilitarán dos fan zones.Los del Sevilla serán acomodados en Pedralbes, en un lugar que suele utilizarse como zona de aparcamiento de autocares los días en que juega el Barça. Por su parte, los seguidores del equipo rojiblanco tienen reservada una área de las mismas características en Montjuïc.Según fuentes del Ayuntamiento, el gasto del montaje y funcionamiento de estas instalaciones corre a cargo de los clubs finalistas, que no perciben ayuda de la RFEF.
La federación, que se limita a pactar en este caso con el FC Barcelona el precio de la cesión del Camp Nou, tampoco compensa económicamente a la ciudad huésped de la final de la Copa por el dispendio adicional que representa albergar este acontecimiento.
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