Moderada satisfacción entre los responsables del dispositivo de seguridad del derbi. Hubo incidentes, principalmente a la llegada del autobús del Deportivo a Balaídos. Los miembros de la unidad de intervención policial tuvieron que efectuar varias cargas. Se produjeron dos detenciones y varios aficionados fueron identificados por las fuerzas del orden. La Comisión Nacional Antiviolencia estudiará las actas en su próxima reunión y propondrá las correspondientes multas. Según las fuentes consultadas, solo se produjeron algunos heridos leves, principalmente de policías a causa de cortes con cristales. Un saldo que se considera aceptable ante la complejidad de la jornada.La modalidad del viaje de la afición visitante dificultaba la seguridad del choque. Al final, la previsión de 4.000 visitantes resultó algo exagerada. Un responsable policial la estima en torno a los 3.400. Difícil de concretar, en todo caso, porque algunos deportivistas que adquirieron entradas por su cuenta se sentaron en zonas célticas, sin que se conozcan altercados reseñables.Los 2.500 que se ubicaron en una zona lateral de Río viajaron de forma diversa: en coches particulares, autobuses y en tren. Esta última fórmula implicó además una larga caminata desde la estación de Guixar hasta el estadio. En Guixar precisamente se requirió el documento de identidad a dos personas, en principio aficionados del Celta, que habían invadido las vías del tren.La identificación supone que su nombre será comunicado a la Comisión Nacional Antiviolencia, que suele proponer multas de entre 3.600 y 6.000 euros, más la prohibición de acceso a recintos deportivos, según el caso. Fue lo que hizo la policía con una decena de implicados en los altercados que se produjeron cuando el autobús con el equipo deportivista accedió a la zona del estadio.
La policía cargó cuando algunos hinchas arrojaron botellas hacia el autocar. En el tumulto se volcaron algunos contenedores. Las cargas se repetirían, aunque de forma más puntual y leve, para dispersar a grupos de célticos al final del encuentro o para alejarlos de la puerta de salida de los deportivistas.Algunos policías sufrieron cortes debido al impacto de botellas. Procedieron a detener a dos personas, presuntamente por participar en el lanzamiento de esos objetos. Ambos iban a pernoctar en el calabozo y hoy serían puestos a disposición judicial.David Miranda Torres, árbitro del derbi, registró en el acta el lanzamiento de un mechero, una botella de cristal y otra botella de plástico en la recta final de la primera parte. Fue cuando Guardado se disponía a lanzar un córner. El propio jugador mexicano le entregó los objetos al colegiado.Los responsables de seguridad mantuvieron a los aficionados deportivistas ubicados en Río dentro del estadio hasta más de una hora después del final del encuentro. Los que habían viajado en autobús buscaron la circunvalación a través de Citroën, como ya habían hecho al llegar. Los que viajaban en tren fueron agrupados para emprender el paseo de regreso. La mayoría, sin embargo, se desperdigó por los alrededores del estadio, en busca de sus coches particulares. Un helicóptero vigiló en todo momento que no se produjesen enfrentamientos en las calles, sin que las fuentes consultadas mencionen ninguno importante. Varios aficionados del Deportivo, atendiendo a las recomendaciones de la policía, ocultaron los distintivos blanquiazules en el camino a sus vehículos. En el resumen general, y aunque se lamente la existencia de incidentes, las autoridades están satisfechas con la efectividad de las medidas adoptadas.
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