Los aficionados de la Real no pudieron vivir una fiesta completa. Se lo pasaron en grande animando a su equipo y vibraron cuando el colegiado decretó el final del partido.
Pero a la salida del campo, un grupo de realzales txuri urdin vivió la otra cara del fútbol, la más desagradable. Y es que un aficionado fue agredido por un grupo de seguidores 'ultras' del conjunto malacitano, que les estaban esperando al final del partido. Les siguieron hasta un centro comercial, situado al lado de La Rosaleda, y allí se produjeron los incidentes.
Ataviados con palos, intentaron no dejar títere con cabeza, aunque la rápida actuación de la seguridad de dicho centro comercial, evitó que la cosa fuera a más. Eso sí, no pudieron librar que un aficionado realista fuera agredido y que varias chicas sufrieran ataques de ansiedad por una situación creada por un grupo de indeseables. Una pena.
Pero a la salida del campo, un grupo de realzales txuri urdin vivió la otra cara del fútbol, la más desagradable. Y es que un aficionado fue agredido por un grupo de seguidores 'ultras' del conjunto malacitano, que les estaban esperando al final del partido. Les siguieron hasta un centro comercial, situado al lado de La Rosaleda, y allí se produjeron los incidentes.
Ataviados con palos, intentaron no dejar títere con cabeza, aunque la rápida actuación de la seguridad de dicho centro comercial, evitó que la cosa fuera a más. Eso sí, no pudieron librar que un aficionado realista fuera agredido y que varias chicas sufrieran ataques de ansiedad por una situación creada por un grupo de indeseables. Una pena.
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