Un grupo de entre 25 y 30 aficionados radicales del Sevilla intentó linchar el jueves a tres policías locales con piedras, palos y botellas en venganza por la muerte de un aficionado del Athletic de Bilbao tras una carga de la Ertzaintza. Un agente resultó herido con contusiones por una caída después de recibir el impacto de un cenicero de pie que los ultras le lanzaron tras robarlo del centro comercial Nervión Plaza. Dos vehículos de la Policía y un autobús de Tussam sufrieron daños, abolladuras y lunas rotas por el impacto de los objetos arrojados por los radicales.
La turba se originó sobre las nueve de la noche, una hora antes del comienzo del partido entre el Sevilla y el Zaragoza disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Dos policías y una auxiliar se encontraban en la esquina de Luis de Morales con Luis Arenas Ladislao, formando parte del dispositivo de seguridad del partido y encargados de la regulación del tráfico y del control de la venta ambulante. Sin ninguna discusión ni altercado previos, los tres agentes vieron venir a una multitud armada con palos, piedras y botellas desde la calle Luis Arenas Ladislao que se dirigía hacia ellos al grito de "policías asesinos".
El ataque duró apenas dos o tres minutos, pero fue muy violento. Los agentes lograron esquivar algunos objetos -al policía que resultó herido le pasó una botella de vidrio rozándole la cabeza- y se resguardaron en el furgón, ya que no disponían en ese momento de los medios necesarios ni equipos de protección para repeler la agresión. Desde el vehículo solicitaron refuerzos activando el código QRR. Este aviso supone el mayor grado de alerta policial y significa que la vida de algún agente corre peligro. Cuando se activa este protocolo, todos los policías de la ciudad dejan lo que están haciendo en ese momento para auxiliar a sus compañeros. Los refuerzos tardaron muy poco en llegar y los hinchas huyeron en todas las direcciones.
La Policía está examinando las grabaciones de las cámaras de seguridad del centro comercial Nervión Plaza para tratar de identificar a algunos de los participantes en la agresión. Casi todos ellos se cubrían sus rostros con pasamontañas y llevaban las capuchas de las sudaderas sobre las cabezas para dificultar su identificación. A la hora de cierre de esta edición, aún no había sido detenida ninguna persona relacionada con estos hechos.
Los ultras trataban así de vengar la muerte de Íñigo Cabacas Lizaranzu, el joven de 28 años aficionado del Athletic de Bilbao que falleció días después recibir el impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza durante una carga anterior al partido que enfrentó a este equipo y al Schalke 04 alemán.
No es la primera vez que ocurren incidentes en el cruce de Luis de Morales y Luis Arenas Ladislao antes de un partido del Sevilla. Los radicales de este equipo suelen pasar las horas previas a cada encuentro en una conocida cervecería de Luis Arenas Ladislao. En el caso de los partidos que celebran a las diez de la noche, como es el caso del disputado el jueves, estos individuos pueden llevar consumiendo alcohol desde primera hora de la tarde y estar muy ebrios a la hora del partido.
Este excesivo consumo de alcohol llevó a un grupo de exaltados a atacar a los policías del dispositivo del partido, que en principio no había sido declarado de alto riesgo ni se sospechaba que pudiera haber incidentes al ser un encuentro entre semana y sin apenas presencia de aficionados visitantes.
En octubre de 2007, antes de unSevilla-Real Madrid, dos policías locales fueron agredidos por otro grupo de aficionados radicales cuando intentaban disolver una botellona en el mismo lugar en el que se produjo el altercado del jueves. Esta agresión llevó al Ayuntamiento de Sevilla a cambiar el plan de seguridad de los partidos de fútbol que se disputan en la ciudad, apostando por una mayor presencia de la Policía Nacional desde más tiempo antes del partido y por unas patrullas conjuntas entre agentes de ambos cuerpos.
La turba se originó sobre las nueve de la noche, una hora antes del comienzo del partido entre el Sevilla y el Zaragoza disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Dos policías y una auxiliar se encontraban en la esquina de Luis de Morales con Luis Arenas Ladislao, formando parte del dispositivo de seguridad del partido y encargados de la regulación del tráfico y del control de la venta ambulante. Sin ninguna discusión ni altercado previos, los tres agentes vieron venir a una multitud armada con palos, piedras y botellas desde la calle Luis Arenas Ladislao que se dirigía hacia ellos al grito de "policías asesinos".
El ataque duró apenas dos o tres minutos, pero fue muy violento. Los agentes lograron esquivar algunos objetos -al policía que resultó herido le pasó una botella de vidrio rozándole la cabeza- y se resguardaron en el furgón, ya que no disponían en ese momento de los medios necesarios ni equipos de protección para repeler la agresión. Desde el vehículo solicitaron refuerzos activando el código QRR. Este aviso supone el mayor grado de alerta policial y significa que la vida de algún agente corre peligro. Cuando se activa este protocolo, todos los policías de la ciudad dejan lo que están haciendo en ese momento para auxiliar a sus compañeros. Los refuerzos tardaron muy poco en llegar y los hinchas huyeron en todas las direcciones.
La Policía está examinando las grabaciones de las cámaras de seguridad del centro comercial Nervión Plaza para tratar de identificar a algunos de los participantes en la agresión. Casi todos ellos se cubrían sus rostros con pasamontañas y llevaban las capuchas de las sudaderas sobre las cabezas para dificultar su identificación. A la hora de cierre de esta edición, aún no había sido detenida ninguna persona relacionada con estos hechos.
Los ultras trataban así de vengar la muerte de Íñigo Cabacas Lizaranzu, el joven de 28 años aficionado del Athletic de Bilbao que falleció días después recibir el impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza durante una carga anterior al partido que enfrentó a este equipo y al Schalke 04 alemán.
No es la primera vez que ocurren incidentes en el cruce de Luis de Morales y Luis Arenas Ladislao antes de un partido del Sevilla. Los radicales de este equipo suelen pasar las horas previas a cada encuentro en una conocida cervecería de Luis Arenas Ladislao. En el caso de los partidos que celebran a las diez de la noche, como es el caso del disputado el jueves, estos individuos pueden llevar consumiendo alcohol desde primera hora de la tarde y estar muy ebrios a la hora del partido.
Este excesivo consumo de alcohol llevó a un grupo de exaltados a atacar a los policías del dispositivo del partido, que en principio no había sido declarado de alto riesgo ni se sospechaba que pudiera haber incidentes al ser un encuentro entre semana y sin apenas presencia de aficionados visitantes.
En octubre de 2007, antes de unSevilla-Real Madrid, dos policías locales fueron agredidos por otro grupo de aficionados radicales cuando intentaban disolver una botellona en el mismo lugar en el que se produjo el altercado del jueves. Esta agresión llevó al Ayuntamiento de Sevilla a cambiar el plan de seguridad de los partidos de fútbol que se disputan en la ciudad, apostando por una mayor presencia de la Policía Nacional desde más tiempo antes del partido y por unas patrullas conjuntas entre agentes de ambos cuerpos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario