Siete de la tarde. Falta una hora para que comience el partido. Osasuna y Real Madrid no han salido todavía a calentar. Un grupo de padres, con sus hijos pequeños, están esperando que salgan sus ídolos. Un padre sujeta una bonita mantilla de seda del Real Madrid. Uno de los niños pone otra colgada delante de su asiento. De pronto, los ultras de Osasuna acuden a retirar ambas mantillas. Uno de ellos se la coge al padre, de muy malos modos, y le dice que aquí no se colocan esos colores. Otro, a gritos, intenta quitársela al niño, y el padre reacciona.
Pero una decena de energúmenos les secundan: “Aquí no se pone eso ¡eh!. Al lado, una niña, seguidora de Osasuna, llora, asustada ante la violencia de los ultras rojillos. Su madre les dice a los impresentables que se vayan, que aquí nadie ha hecho nada malo. La Policía llega, pero solo separa. No actúa contra los violentos. Y aconseja a eso aficionados del Madrid, padres y niños, que se coloquen en otra zona del campo. No se toman decisiones contra los agresores, sino que se molesta a los inocentes. Estos actos de los radicales son una de las razones por las que cada vez menos menos niños en los estadios.
Finalmente, los chavales y sus papás se sitúan unos metros más lejos. Como el estadio no estaba lleno, no hubo problema. Pero uno de los papás se puso una camisa verde encima de su camiseta del Real Madrid. Por lo que pudiera pasar. El Real Madrid presenció por televisión las imágenes de los incidentes y sintió la misma indignación que todos nosotros. Rápidamente, el club comunicó que invitará a un próximo partido al niño y a todos los afectados que sufrieron este escarnio.
Pero una decena de energúmenos les secundan: “Aquí no se pone eso ¡eh!. Al lado, una niña, seguidora de Osasuna, llora, asustada ante la violencia de los ultras rojillos. Su madre les dice a los impresentables que se vayan, que aquí nadie ha hecho nada malo. La Policía llega, pero solo separa. No actúa contra los violentos. Y aconseja a eso aficionados del Madrid, padres y niños, que se coloquen en otra zona del campo. No se toman decisiones contra los agresores, sino que se molesta a los inocentes. Estos actos de los radicales son una de las razones por las que cada vez menos menos niños en los estadios.
Finalmente, los chavales y sus papás se sitúan unos metros más lejos. Como el estadio no estaba lleno, no hubo problema. Pero uno de los papás se puso una camisa verde encima de su camiseta del Real Madrid. Por lo que pudiera pasar. El Real Madrid presenció por televisión las imágenes de los incidentes y sintió la misma indignación que todos nosotros. Rápidamente, el club comunicó que invitará a un próximo partido al niño y a todos los afectados que sufrieron este escarnio.
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