Un centenar de seguidores radicales del Alavés y del Betis ha protagonizado esta mañana, poco antes del mediodía, una batalla campal en el barrio de Ariznabarra, cerca del campo de fútbol de Mendizorroza donde esta tarde, a partir de las 18.15 horas, se enfrentarán ambos equipos en partido de Segunda División. Afortunadamente, no ha habido heridos ni se ha precisado asistencia médica alguna.
Según aseguraron testigos de los hechos, el enfrentamiento empezó a la altura del bar Rubén, justo después de la llegada de un autobús de hinchas del Betis. Botellas, sillas y hasta mesas se convirtieron en material de lanzamiento y agresión entre ambos grupos, en una pelea que alcanzaba ya proporciones muy graves hasta que un policía vestido de paisano logró frenar los enfrentamientos. Siempre según testigos presenciales, esta persona, vestida de paisano, llegó a esgrimir su arma reglamentaria y efectuar unos disparos al aire para evitar males mayores. Un punto en el que los radicales del Alavés salieron huyendo por las calles adyacentes, mientras que el policía retuvo en el suelo a un puñado de seguidores béticos.
Inmediatamente después se personaron en el lugar de los hechos varias dotaciones de la Ertzaintza que identificaron y retuvieron a una treintena de seguidores visitantes. Seguidamente les acompañaron y permitieron circular con normalidad por la ciudad y asistir al partido, puesto que todos llevaban sus entradas para el partido.
Fuentes de la Ertzaintza precisaron posteriormente que el grupo mayoritario, más de un centenar, eran seguidores del Alavés, mientras que los implicados en la pelea del Betis se reducía a una treintena, aproximadamente.
Por su parte, seguidores del Betis comunicaron ayer a este periódico que no hubo quedada previa y que el único objetivo de su grupo, que se reducía a una treintena, consistía en ver el partido sin más complicaciones. Según su versión, un grupo de radicales alavesistas les esperaba a su llegada en autobús y fueron ellos los que inmediatamente después iniciaron los enfrentamientos.
Disparos al aire para disolver una pelea entre ultras del Betis y el Alavés
Un centenar de seguidores radicales del Alavés y del Betis ha protagonizado esta mañana, poco antes del mediodía, una batalla campal en los alrededores del estadio de Mendizorroza donde esta tarde se medirán ambos conjuntos en partido de Liga. Aunque afortunadamente, no ha habido heridos ni se ha precisado asistencia médica alguna, al parecer, según algunos testigos presenciales, un policía vestido de paisano tuvo que realizar algunos disparos al aire con su arma reglamentaria para disolver el grupo.
Los compañeros de El Correo relatan que el enfrentamiento empezó a la altura del un bar justo después de la llegada de un autobús de hinchas del Betis. Botellas, sillas y hasta mesas se convirtieron en material de lanzamiento y agresión entre ambos grupos, en una pelea que alcanzaba ya proporciones muy graves hasta esa primera intervención del policía de paisano.
Poco después se personaron en el lugar de los hechos varias dotaciones de la Ertzaintza que identificaron y retuvieron a una treintena de seguidores visitantes. Seguidamente les acompañaron y permitieron circular con normalidad por la ciudad y asistir al partido, puesto que todos llevaban sus entradas.
Fuentes de la Ertzaintza precisaron posteriormente que el grupo mayoritario, más de un centenar, eran seguidores del Alavés, mientras que los implicados en la pelea del Betis se reducía a una treintena, aproximadamente. Ya en la madrugada del viernes al sábado, algunos peñistas béticos fueron agredidos por radicales del Alavés, por lo que el partido fue declarado de alto riesgo de forma urgente, aunque no se ha podido evitar la pelea.
Un centenar de seguidores radicales del Alavés y del Betis ha protagonizado esta mañana, poco antes del mediodía, una batalla campal en los alrededores del estadio de Mendizorroza donde esta tarde se medirán ambos conjuntos en partido de Liga. Aunque afortunadamente, no ha habido heridos ni se ha precisado asistencia médica alguna, al parecer, según algunos testigos presenciales, un policía vestido de paisano tuvo que realizar algunos disparos al aire con su arma reglamentaria para disolver el grupo.
Los compañeros de El Correo relatan que el enfrentamiento empezó a la altura del un bar justo después de la llegada de un autobús de hinchas del Betis. Botellas, sillas y hasta mesas se convirtieron en material de lanzamiento y agresión entre ambos grupos, en una pelea que alcanzaba ya proporciones muy graves hasta esa primera intervención del policía de paisano.
Poco después se personaron en el lugar de los hechos varias dotaciones de la Ertzaintza que identificaron y retuvieron a una treintena de seguidores visitantes. Seguidamente les acompañaron y permitieron circular con normalidad por la ciudad y asistir al partido, puesto que todos llevaban sus entradas.
Fuentes de la Ertzaintza precisaron posteriormente que el grupo mayoritario, más de un centenar, eran seguidores del Alavés, mientras que los implicados en la pelea del Betis se reducía a una treintena, aproximadamente. Ya en la madrugada del viernes al sábado, algunos peñistas béticos fueron agredidos por radicales del Alavés, por lo que el partido fue declarado de alto riesgo de forma urgente, aunque no se ha podido evitar la pelea.
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