Fuera del césped, el Espanyol-Barcelona estuvo marcado por las protestas de la Curva y de la Juvenil, los dos grandes grupos de animación pericos, que cargaron contra el club y contra las fuerzas de seguridad por no haberles permitido desplegar sendos tifos que tenían preparados para el encuentro. La versión del Espanyol es similar y, aunque no coinciden con el ataque directo de su afición hacia la entidad, sí lamentan la dureza del dispositivo policial. Al tratarse de alto riesgo, los efectivos doblaban en número a los habituales, tanto policía catalana como 400 auxiliares de seguridad, todo sufragado por el Espanyol.
El Espanyol está molesto con lo que consideran una actuación demasiado puntillosa y con poca mano izquierda de los Mossos d'Esquadra, pese a que admiten que casar la seguridad propia de un partido de alto riesgo con la paz social en la grada es harto complicado. La explicación a la revuelta de la Curva, que no animó hasta mediada la segunda parte, se debe a que antes del partido los Mossos realizaron un registro (medida habitual) del cuarto que el Espanyol les cede en el estadio de Cornellà y halló cinco cúteres, empleados según el club para la confección de banderas, tifos o demás objetos de animación, y por ello decretaron el cierre de la sala. Esta pasó a ser custodiada, y así es como se la encontraron los componentes de la Curva cuando fueron a sacar de allí el material dispuesto para el derbi. Ya durante el partido, desde la Curva se escucharon cánticos como "directiva, dimisión" y en su cuenta de Twitter se pudo leer "Mallafré, dimisión", en referencia al director de seguridad del Espanyol. Lo que no hicieron desde la Curva, y esto el club lo tiene claro, fue lanzar al césped el palo que el árbitro Mateu Lahoz incautó al final del primer tiempo y que entregó al delegado perico, José María Calzón, para que desde megafonía se avisara de que no se tirasen más objetos al campo.
También la Juvenil expresó su descontento con el club a través de tres banderolas, que mostró justo antes del partido, y en las que se podía leer "Nuestra ilusión, vuestra molestia. Tifo, DEP". En este caso, el Espanyol asegura no tener conocimiento alguno, ya que desde el club aseguran que la Juvenil no cumplió con el protocolo habitual de avisar sobre sus intenciones para el encuentro con al menos 48 horas de antelación. El club destaca que a partir de este lunes se reunirá con todos los actores de la controversia a fin de acercar posiciones.
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