Martes de Feria, aeropuerto de San Pablo, Sevilla, 13:45, la expedición del Sevilla arriba para tomar el vuelo que la trasladará hasta San Petersburgo y allí las caras son de asombro absoluto. Un puñado de hinchas, no más de doscientos, cierto es, le da a aquello un ambiente inesperado, tanto que en los rostros de los futbolistas se refleja una mezcla de asombro e incredulidad ante el apoyo que están recibiendo. El autobús llega precedido por una decena de vehículos con multitud de banderas y bocinas a tope, anteriormente se ha desplegado una gigantesca pancarta en el mismo aeropuerto con una longitud de 25 metros y dos metros y medio de altura. Incluso se llegan a encender tres o cuatro bengalas mientras los futbolistas abandonan el vehículo para dirigirse a recoger sus tarjetas de embarque.
Monchi, visiblemente emocionado, lo graba todo con su teléfono móvil; José Castro casi no se lo puede creer mientras se muestra orgulloso por esta iniciativa de un grupo de aficionados que en esta ocasión optan por imbuir a los suyos de pasión por el escudo; Emery ya está recogiendo todo para colgarlo en su blog y también en Twitter para utilizar como un elemento motivador más; y los futbolistas, ¿qué piensan los futbolistas? Coke, uno de los capitanes, se muestra asombrado cuando entrega su tarjeta en el control correspondiente antes de subir al avión. "Es alucinante, dos días antes del partido y ya te meten este gusanillo para defender estos colores a muerte. La afición siempre está con nosotros y nos lo demuestra una y otra vez, cómo no vamos a salir a tope en San Petersburgo. Allí y en cualquier estadio que juguemos, siempre hay que darlo todo por ellos", comenta el defensa mientras muestra las fotografías de recuerdo que ha tomado del momento con el cristal del autobús como único obstáculo para la mayor calidad de las mismas.
El lateral no es el único que se ha emocionado cuando ha visto aquello. También Beto, otro veterano y curtido ya en mil batallas, resalta que "siempre están con nosotros. Es una afición muy apasionada y es increíble el apoyo que nos dan. Claro que eso ayuda a todo el equipo, por supuesto que sí". Denis Suárez, dentro de su timidez, constata que "nos sentimos muy apoyados siempre y eso es bueno para todos. Es una afición que nos acompaña en todos los momentos y eso es digno de ser elogiado". También Fernando Navarro lo comenta con Deulofeu mientras pasan por una de las tiendas para comprar algunas provisiones antes del largo viaje. José Antonio Reyes bromea con Beto mientras comentan esa despedida programada por los aficionados.
¿Y qué se puede decir de los rostros de los futbolistas francófonos? La faz de Mbia, mientras se abre paso entre los aficionados, refleja una sensación de no saber qué ocurre allí, también Tremoulinas y Kolodziejczak comienza a hablar no más penetran en el aeropuerto, Gameiro está casi blanco de asombro, y, por último, Krychowiak, uno de los más apasionados, se muestra agradecido. También los argentinos se sorprenden con cosas así a pesar de que ellos sí estuvieran mucho más acostumbrados a vivir momentos de esta índole, pues no se olvide que Banega, por ejemplo, fue ídolo grande en Boca Juniors. "Allá había veces con más gente incluso, pero estuvo bueno y claro que invita a dejarlo todo", apunta en el mismo avión entre partido y partido de fútbol con la Ps Vita.
Claro que el agradecimiento no se limitaba a los propios futbolistas. También José Castro resaltaba el mérito de la afición con agradecimiento antes de ver el desenlace final de todo aquello. Durante la rueda de prensa previa, el presidente lo valoraba: "Todo lo que sea sumar es bueno y aprovecho para agradecérselo a toda la afición del Sevilla, que fue en número importante a ayudar a su equipo a Granada y creo que hoy ha tenido un detalle magnífico de despedir a su equipo ante una cita tan importante. Todo es bueno, es bueno que haya simbiosis, que haya unión, eso siempre es lo que da los triunfos".
Alguien le pregunta entonces por la escasa cantidad de aficionados que había decidido viajar a San Petersburgo y la justificación no puede ser más lógica: "La fecha es complicada para que venga mucha afición, pero han querido tener ese detalle de venir aquí para darle su último aliento a los jugadores, creo que eso demuestra lo viva que está la afición del Sevilla y lo viva que está esta entidad. Es esa simbiosis por la que yo nunca me cansaré de trabajar, por y para el Sevilla Fútbol Club".
Son los momentos vividos en el aeropuerto de San Pablo, mientras esa pancarta con el lema "Vamos p'lante chicos de Nervión" permanecía colgada para que los futbolistas entendieran que tienen todo el apoyo de una afición por mucho que ya se encuentre a más de 4.000 kilómetros de distancia. Es la misma leyenda que no pudo ser exhibida hace unos meses contra el Espanyol en la Copa del Rey debido a que no estaba hecha con tela ignífuga. Ayer sí pudo ser lucida antes de la salida hacia San Petersburgo y bien que lo agradecieron los futbolistas sevillistas.
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