La gesta del Bayern, que logró remontar el 3-1 adverso que traía de Oporto, tuvo un bonito colofón. En Alemania es común ver este tipo de celebraciones, pero en España no estamos acostumbrados a que ningún equipo tenga un gesto de agradecimiento similar con sus propia afición.
Después del 6-1 y antes de retirarse a los vestuarios, los jugadores del Bayern se arrodillaron literalmente ante su afición. El líder Thomas Müller tomó la palabra y megáfono en mano se dirigió hacia uno de los fondos para lanzar una arenga a los suyos, que enloqueció a todos los presentes en el Allianz Arena.
No cabe duda de que los bávaros han vuelto con su pegada y fútbol vertical y son, por si alguien lo dudaba, uno de los equipos que más opciones tienen de levantar la próxima Liga de Campeones cuya final se disputará en Berlín a finales de mayo.
Pep Guardiola puede respirar tranquilo después de haberse sobrepuesto a una semana incómoda en la que hubo varios contratiempos internos, entre ellos, la dimisión del médico del equipo y algunos fisios, tras la derrota en Do Dragao.
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