Administrativo del Tribunal Supremo deliberará y votará el fallo sobre el recurso de la familia contra la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez de trasladar los restos mortales de Franco fuera del Valle de los Caídos.
Mientras tanto, los contrarios a la exhumación reciben apoyos de los sitios más recónditos. El último movimiento, según ha podido saber El Chivato, tuvo lugar en Rumanía; concretamente, en los alrededores del estadio de Ploiesti, donde la selección nacional de ese país jugó un partido contra Malta de clasificación para la Eurocopa 2020.
Días antes, el jueves, Rumanía se había enfrentado a la Selección Española de Fútbol en Bucarest. Ese día, los controles en el estadio Arena Nationala impidieron la entrada de una pancarta blanca con letras negras que habían preparado los miembros de ‘Camarazii’, la sección de ultras pertenecientes a distintos equipos de Rumanía y que anima a su selección nacional.
Se trataba de un mensaje dirigido a los españoles que, de haber podido entrar en el estadio, habría sido visto por millones de telespectadores que desde nuestro país siguieron el partido. Al no poder pasar la pancarta, estos ultras se hicieron una foto con la misma en el encuentro contra Malta y la colgaron en Facebook con un mensaje para los “camaradas españoles”.
“¡El Valle no se toca!”, era el lema escrito en la pancarta que no pasó los filtros del estadio. Se trata del lema con el que la ultraderecha en España se opone a los planes del Gobierno de Sánchez sobre el Valle de los Caídos y el ataúd con los restos de Franco.
La fotografía ha llegado a ultras de fútbol españoles, de tendencia de extrema derecha, que han agradecido el ‘detalle’. Los hooligans rumanos acompañaron la foto con un texto en el que mostraban su apoyo a “los camaradas españoles que resisten de forma heroica en la batalla totalmente desproporcionada con el gobierno de izquierda”.
¿Por qué de este interés de unos nacionalistas radicales rumanos con la exhumación de Franco? Según explicaron ellos mismos, en la Guerra Civil española lucharon y murieron (para ellos) “héroes rumanos” caídos en el combate “contra los comunistas”.
Se trató de miembros del movimiento fascista Guardia de Hierro, que acudieron a España a luchar del lado del bando sublevado: dos de sus líderes, Ion Mota y Vasile Marin, murieron en el frente de Madrid, concretamente en Majadahonda, combatiendo contra las tropas republicanas.
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