Nuevo golpe en Italia contra el crimen organizado que, por desgracia, en demasiadas ocasiones ha manchado ya el balompié en el país transalpino. La Fiscalía de Turín coordinó este lunes el arresto de 12 ultras del Juventus, en el ámbito de la operación denominada «Last Banner», acusados de chantaje, amenazas y extorsión contra los directivos del club para conseguir beneficios y entradas para los partidos del equipo turinés.La Policía italiana registró a primera hora de la mañana las sedes de varios grupos ultras del Juventus y las viviendas privadas de algunos jefes de estas asociaciones, arrestando a un total de 12 personas, según informó la fiscal de Turín, Patrizia Caputo, en una rueda de prensa ofrecida en la capital piamontesa. Los jefes de los grupos ultras amenazaban al Juventus con realizar cánticos racistas durante los encuentros del club como local y con provocar de paso duras sanciones a nivel económico y de imagen, con el objetivo de conseguir billetes y gestionar la reventa.«Hemos encontrado pruebas de que (los ultras) conseguían muchos beneficios con la violencia, o amenazando con cánticos racistas, que provocarían sanciones, partidos a puerta cerrada y fuertes multas», explicó Caputo en rueda de prensa.La Fiscalía turinesa posee vídeos en los que se aprecian a varios miembros de los grupos ultras del Juventus revender ilegalmente entradas para el Allianz Stadium en distintas ciudades de Italia, del norte al sur del país.
Las amenazas recibidas por el club turinés, que visita este miércoles al Atlético Madrid en la Liga de Campeones, fueron denunciadas por el club hace un año a la Fiscalía, cuya investigación permitió arrestar a 12 de los más importantes jefes ultras del club. Entre los arrestados están Dino Mocciola, jefe del grupo «Drughi» que estuvo en la cárcel en los años 1990 por el asesinado de un policía, Salvatore Cava, Domenico Scarano, Umberto Toia, Luca Pavarino o Sergio Genre.La Fiscalía ordenó además el arresto domiciliario para Fabio Trincchero, Giuseppe Franzo, Christian Fasoli y Roberto Drago, mientras que Massimo Toia y Massimo Vitale fueron condenados con la obligación de no salir del Ayuntamiento de sus respectivas ciudades. La investigación llevó además al registro de 39 viviendas en catorce ciudades italianas: Alessandria, Asti, Como, Savona, Milán, Génova, Pescara, La Spezia, L'Aquila, Firenze, Mantova, Monza, Bérgamo e Biella.Hace dos años, el Juventus había entrado en calidad de testigo en una investigación de la Fiscalía de la Federación de Fútbol italiana (FIGC) por mantener presuntamente contactos con algunos ultras pertenecientes a la asociación mafiosa 'Ndrangheta calabresa.Fue el mismo presidente del club turinés, Andrea Agnelli, quien informó de esa notificación y quien tachó de «inaceptables» esas acusaciones y se mostrándose molesto por los «constantes intentos de embarrar» la credibilidad del club que representa.
En ese momento, el Juventus admitió que hubo errores en la cantidad de entradas que se repartían entre los hinchas, que prevé un máximo de cuatro por persona, y que hay disposición a asumir las responsabilidades por eso, pero negó de forma tajante lo demás.
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