Domingo de desconcierto en el fútbol italiano provocado por la violencia ejercida por los ultras de distintas latitudes: Un joven seguidor del Lazio ha muerto en una reyerta en Arezzo, mientras que el Atalanta-Milan ha sido suspendido por el agresivo comportamiento de la hinchada local.
Los "ultras" del Atalanta, con lanzamientos de bengalas y roturas de una zona de las vallas de protección que separa las gradas del terreno de juego, han obligado a parar y, después, suspender de forma definitiva el partido liguero que su equipo estaba disputando en casa ante el Milan.
El partido, iniciado bajo una fuerte tensión por la muerte, al mediodía de un aficionado del Lazio, ha durado apenas siete minutos. El tiempo en que el colegiado ha confirmado la suspensión del mismo, como consecuencia de la violenta reacción de la hinchada más radical del conjunto local, ubicados detrás de la portería que ocupaba el meta de su equipo, y quienes ya desde los prolegómenos del partido pidieron que el partido no empezara.
Al ponerse el balón en juego, los "ultras" del Atalanta obligaron en dos ocasiones a interrumpir el partido con lanzamientos de bengalas al terreno de juego, la primera de ellas apenas disputados cuarenta segundos de juego. Al ver como el partido seguía, los "ultras" comenzaron a subirse a las vallas, en una de las cuales abrieron una amplia brecha a golpes y, para salvarguardar la seguridad de los futbolistas, el colegiado decidió parar momentáneamente el partido, lo que aprovecharon los jugadores del Atalanta para ir a dialogar con sus "ultras", en el intento de calmarles.
No obstante, tras ver cómo los aficionados no estaban dispuesto a dar marcha atrás a su deseo de que el partido se suspendiese, los jugadores del Atalanta hablaron con el árbitro, quien tras consultar con ambos equipos y los representantes de las fuerzas del orden, ha decidido enviar a los jugadores de uno y otro equipo a los vestuarios.
El partido, tras más de media hora de espera, a instancias de los responsables de la seguridad ha quedado definitivamente suspendido, teniendo que ser recuperado en una fecha por determinar.
DUELO POR UN AFICIONADO EN LA TOSCANA
Apenas un par de horas antes del arranque del Atalanta-Milan, un joven seguidor del Lazio fallecía en una refriega entre hinchas de fútbol en un área de servicio en la autopista A1, cerca de la localidad de Arezzo, como consecuencia de un disparo de un agente de las fuerzas de seguridad del estado italiano.
Según la última información publicada por el diario deportivo transalpino La Gazzetta dello Sport, el fallecido responde al nombre de Gabriele Sandri, de 26 años de edad, y perdió la vida por herida de bala después de que la policía abriera fuego para tratar de disuadir los enfrentamientos entre hinchas rivales.
"Ha sido un trágico error", ha reconocido el responsable de la policía del área de Arezzo, Vincenzo Giacobbe, "un agente ha intervenido para evitar la pelea entre dos grupos de ultras y la situación ha degenerado en una trágico final. En nombre del cuerpo, expreso nuestro más sincero pésame a la familia de la víctima". Sin embargo, Luigi Conti, amigo de la familia Sandri, no estaba de acuerdo con esta versión: "Esto es un crimen de las fuerzas del orden, lo han dicho los aficionados y es lo que todos sentimos: El policía ha apuntaba con Gabrielle".
El partido, iniciado bajo una fuerte tensión por la muerte, al mediodía de un aficionado del Lazio, ha durado apenas siete minutos. El tiempo en que el colegiado ha confirmado la suspensión del mismo, como consecuencia de la violenta reacción de la hinchada más radical del conjunto local, ubicados detrás de la portería que ocupaba el meta de su equipo, y quienes ya desde los prolegómenos del partido pidieron que el partido no empezara.
Al ponerse el balón en juego, los "ultras" del Atalanta obligaron en dos ocasiones a interrumpir el partido con lanzamientos de bengalas al terreno de juego, la primera de ellas apenas disputados cuarenta segundos de juego. Al ver como el partido seguía, los "ultras" comenzaron a subirse a las vallas, en una de las cuales abrieron una amplia brecha a golpes y, para salvarguardar la seguridad de los futbolistas, el colegiado decidió parar momentáneamente el partido, lo que aprovecharon los jugadores del Atalanta para ir a dialogar con sus "ultras", en el intento de calmarles.
No obstante, tras ver cómo los aficionados no estaban dispuesto a dar marcha atrás a su deseo de que el partido se suspendiese, los jugadores del Atalanta hablaron con el árbitro, quien tras consultar con ambos equipos y los representantes de las fuerzas del orden, ha decidido enviar a los jugadores de uno y otro equipo a los vestuarios.
El partido, tras más de media hora de espera, a instancias de los responsables de la seguridad ha quedado definitivamente suspendido, teniendo que ser recuperado en una fecha por determinar.
DUELO POR UN AFICIONADO EN LA TOSCANA
Apenas un par de horas antes del arranque del Atalanta-Milan, un joven seguidor del Lazio fallecía en una refriega entre hinchas de fútbol en un área de servicio en la autopista A1, cerca de la localidad de Arezzo, como consecuencia de un disparo de un agente de las fuerzas de seguridad del estado italiano.
Según la última información publicada por el diario deportivo transalpino La Gazzetta dello Sport, el fallecido responde al nombre de Gabriele Sandri, de 26 años de edad, y perdió la vida por herida de bala después de que la policía abriera fuego para tratar de disuadir los enfrentamientos entre hinchas rivales.
"Ha sido un trágico error", ha reconocido el responsable de la policía del área de Arezzo, Vincenzo Giacobbe, "un agente ha intervenido para evitar la pelea entre dos grupos de ultras y la situación ha degenerado en una trágico final. En nombre del cuerpo, expreso nuestro más sincero pésame a la familia de la víctima". Sin embargo, Luigi Conti, amigo de la familia Sandri, no estaba de acuerdo con esta versión: "Esto es un crimen de las fuerzas del orden, lo han dicho los aficionados y es lo que todos sentimos: El policía ha apuntaba con Gabrielle".
Incidentes tras conocerse las primeras informaciones de la muerte
Las versiones no confirmadas de que el disparo que ha causado la muerte este mediodía de un aficionado del Lazio pudo proceder del arma de un policía ha traído la inmediata reacción de los hinchas de otros clubes, que han iniciado a protagonizar incidentes contra las fuerzas del orden. Pese a que el arma de que partió el disparo aún no se ha confirmado, las primeras protestas hacia los agentes del orden han llegado en el partido de baloncesto que están disputando en Milán el local Armani Jeans Milán y el Cimberio Varese.
Así, durante el primer cuarto de juego, y tras llegar a las tribunas la versión de que la muerte del seguidor lacial ha podido ser causada por el disparo de un policía, los aficionados «ultras» del Armani Jeans han iniciado a abandonar el pabellón en señal de protesta.
El acto de la marcha de las gradas ha ido acompañado por la acción de los seguidores del Varese, que han permanecido en el pabellón, insultando y lanzando gritos en contra de los agentes del orden que se encontraban en la instalación.
Pero mucho más grave ha acontecido en las horas previas del Atalanta-Milán, cuando tras extenderse la versión de que el arma del que partió el disparo habría sido de un agente del orden los 'ultras' de uno y otro equipo han empezado a lanzar objetos contra la policía.
Los mayores enfrentamientos han tenido lugar en las inmediaciones del estadio, obligando a los agentes del orden a lanzar botes de humo para intentar calmar a los seguidores locales que se la emprendieron a pedradas contra un vehículo policial, dentro del cual estaban dos integrantes de seguridad, los cuales han sufrido heridas leves.
Por su parte, seguidores milanistas que viajaban en tren hacia el estadio han agredido a agentes del orden también con lanzamientos de piedras aprovechando una parada en una estación.
Así, durante el primer cuarto de juego, y tras llegar a las tribunas la versión de que la muerte del seguidor lacial ha podido ser causada por el disparo de un policía, los aficionados «ultras» del Armani Jeans han iniciado a abandonar el pabellón en señal de protesta.
El acto de la marcha de las gradas ha ido acompañado por la acción de los seguidores del Varese, que han permanecido en el pabellón, insultando y lanzando gritos en contra de los agentes del orden que se encontraban en la instalación.
Pero mucho más grave ha acontecido en las horas previas del Atalanta-Milán, cuando tras extenderse la versión de que el arma del que partió el disparo habría sido de un agente del orden los 'ultras' de uno y otro equipo han empezado a lanzar objetos contra la policía.
Los mayores enfrentamientos han tenido lugar en las inmediaciones del estadio, obligando a los agentes del orden a lanzar botes de humo para intentar calmar a los seguidores locales que se la emprendieron a pedradas contra un vehículo policial, dentro del cual estaban dos integrantes de seguridad, los cuales han sufrido heridas leves.
Por su parte, seguidores milanistas que viajaban en tren hacia el estadio han agredido a agentes del orden también con lanzamientos de piedras aprovechando una parada en una estación.
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