Juventus, el equipo que más títulos consiguió en el fútbol de Italia, vive horas amargas tras quedar fuera de la Copa Italia en la noche del miércoles, una caída de 2-1 ante la Lazio que provocó violentas protestas de los “tifosi” contra el entrenador Claudio Ranieri y la directiva.
“¡Ranieri fuera!” fue uno de los gritos preferidos. Los jugadores fueron también abucheados y se les gritó “¡vayan a trabajar!”. Y un detalle importante: por primera vez no solo protestaron los denominados “ultras”, sino la inmensa mayoría de los espectadores.
La ira de los “ultras” se convirtió incluso en amenazadora cuando arremetieron contra las barreras de protección de la tribuna de honor, protestaron delante del vestuario del equipo y bloquearon las salidas para vehículos del estadio hasta que intervino la policía.
El entrenador del Lazio, Delio Rossi, evidenciaba su satisfacción. “Estoy fuera de mí, ¡tan contento!”, comentó el técnico el pase a la final que disputará contra el Inter de Milán o la Sampdoria de Génova.
Pese a las masivas protestas de los aficionados, Ranieri subrayó: “No voy a renunciar”.
También el presidente del club, Giovanni Cobolli Gigli, expresó su confianza al técnico. “El año próximo trabajaremos también con Ranieri”, dijo, aunque parece dudoso que el club mantega sus juramentos de fidelidad.
Ya hace unos días provocaron intranquilidad en el campo de la Juve las noticias de que el club habría hablado con el seleccionador nacional Marcello Lippi acerca de un regreso a Turín después del Mundial 2010.
“Fracasó el proyecto”, constató hoy el diario Tuttosport, que apenas ve posibilidades para un futuro exitoso de Raineri. “Tempestad sobre la Juve”, tituló La Gazzetta dello Sport.
En la amarga eliminación de la Copa y las protestas de los aficionados, casi pasó inadvertido el único rayo de luz de la tarde. Fue antes del partido, con los seguidores de la Juve adoptando una clara postura contra el racismoo y festejaron en una pancarta a futbolistas de color: “Sissoko, Davids y Seedorf son auténticos campeones y verdaderos ejemplos”.
“¡Ranieri fuera!” fue uno de los gritos preferidos. Los jugadores fueron también abucheados y se les gritó “¡vayan a trabajar!”. Y un detalle importante: por primera vez no solo protestaron los denominados “ultras”, sino la inmensa mayoría de los espectadores.
La ira de los “ultras” se convirtió incluso en amenazadora cuando arremetieron contra las barreras de protección de la tribuna de honor, protestaron delante del vestuario del equipo y bloquearon las salidas para vehículos del estadio hasta que intervino la policía.
El entrenador del Lazio, Delio Rossi, evidenciaba su satisfacción. “Estoy fuera de mí, ¡tan contento!”, comentó el técnico el pase a la final que disputará contra el Inter de Milán o la Sampdoria de Génova.
Pese a las masivas protestas de los aficionados, Ranieri subrayó: “No voy a renunciar”.
También el presidente del club, Giovanni Cobolli Gigli, expresó su confianza al técnico. “El año próximo trabajaremos también con Ranieri”, dijo, aunque parece dudoso que el club mantega sus juramentos de fidelidad.
Ya hace unos días provocaron intranquilidad en el campo de la Juve las noticias de que el club habría hablado con el seleccionador nacional Marcello Lippi acerca de un regreso a Turín después del Mundial 2010.
“Fracasó el proyecto”, constató hoy el diario Tuttosport, que apenas ve posibilidades para un futuro exitoso de Raineri. “Tempestad sobre la Juve”, tituló La Gazzetta dello Sport.
En la amarga eliminación de la Copa y las protestas de los aficionados, casi pasó inadvertido el único rayo de luz de la tarde. Fue antes del partido, con los seguidores de la Juve adoptando una clara postura contra el racismoo y festejaron en una pancarta a futbolistas de color: “Sissoko, Davids y Seedorf son auténticos campeones y verdaderos ejemplos”.
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