La otra cara del derbi, la que afecta a los incidentes, se saldó sin detenidos ni heridos pero con algunas peleas y cargas policiales en diferentes puntos de la capital gaditana. Si dentro del Ramón de Carranza no se registró ningún percance reseñable, en el exterior sí se sucedieron peleas entre los seguidores más extremistas de cada afición, así como cargas policiales al término del encuentro en la avenida Juan Carlos I.
El derbi entre cadistas y béticos empezó fuera del coliseo desde muy temprano, ya que miles de béticos tomaron el Paseo Marítimo, la avenida principal y algunas calles de La Laguna, donde la convivencia con los gaditanos era correcta e incluso cordial. Sin embargo, en algunas plazas y calles de la ciudad se produjeron encontronazos de mención en los que tuvieron que intervenir las Fuerzas del Orden.
El más desagradable se desarrolló en los aledaños de Telegrafía sin Hilos. Allí se fueron congregando centenares de béticos en un improvisado macrobotellón que tuvo de todo, incluidos cánticos groseros, ante la mirada atónita de muchos padres que disfrutaban de la soleada mañana junto a sus hijos. El punto álgido se produjo sobre la una y media de la tarde, cuando un miembro de las Brigadas Amarillas se situó justo en la acera de enfrente de donde los sevillanos bebían y se inició un intercambio de insultos. El desenlace fue el esperado y temido. Los béticos se lanzaron a por el cadista solitario, que tendió a la perfección la emboscada, ya que de las calles adyacentes surgieron decenas de ultras cadistas que empezaron a lanzar botellas. Esto provocó una estampida en la plaza y escenas de tensión entre los padres que intentaban proteger a los pequeños que oían atentamente un cuento de Ana Manteca enmarcado en la campaña municipal Las plazas en juego. En unos minutos el lugar quedó desierto y las inocentes risas infantiles fueron sustituidas por el atronar de las cargas policiales.
Asimismo, en la Plaza Virgen de Loreto y en los aledaños del Cerro del Moro se registraron peleas y lanzamientos de objetos teniendo que intervenir la policía para dispersar a los implicados y restablecer el orden en las zonas afectadas por el encuentro de los seguidores más radicales de ambos conjuntos.
A la conclusión del partido, el dispositivo policial para desalojar a los ultras del Betis del Carranza dio resultado, si bien en la Avenida Juan Carlos I la policía tuvo que cargar para dispersar a decenas de personas que aguardaban a la salida de estos hinchas.
El derbi entre cadistas y béticos empezó fuera del coliseo desde muy temprano, ya que miles de béticos tomaron el Paseo Marítimo, la avenida principal y algunas calles de La Laguna, donde la convivencia con los gaditanos era correcta e incluso cordial. Sin embargo, en algunas plazas y calles de la ciudad se produjeron encontronazos de mención en los que tuvieron que intervenir las Fuerzas del Orden.
El más desagradable se desarrolló en los aledaños de Telegrafía sin Hilos. Allí se fueron congregando centenares de béticos en un improvisado macrobotellón que tuvo de todo, incluidos cánticos groseros, ante la mirada atónita de muchos padres que disfrutaban de la soleada mañana junto a sus hijos. El punto álgido se produjo sobre la una y media de la tarde, cuando un miembro de las Brigadas Amarillas se situó justo en la acera de enfrente de donde los sevillanos bebían y se inició un intercambio de insultos. El desenlace fue el esperado y temido. Los béticos se lanzaron a por el cadista solitario, que tendió a la perfección la emboscada, ya que de las calles adyacentes surgieron decenas de ultras cadistas que empezaron a lanzar botellas. Esto provocó una estampida en la plaza y escenas de tensión entre los padres que intentaban proteger a los pequeños que oían atentamente un cuento de Ana Manteca enmarcado en la campaña municipal Las plazas en juego. En unos minutos el lugar quedó desierto y las inocentes risas infantiles fueron sustituidas por el atronar de las cargas policiales.
Asimismo, en la Plaza Virgen de Loreto y en los aledaños del Cerro del Moro se registraron peleas y lanzamientos de objetos teniendo que intervenir la policía para dispersar a los implicados y restablecer el orden en las zonas afectadas por el encuentro de los seguidores más radicales de ambos conjuntos.
A la conclusión del partido, el dispositivo policial para desalojar a los ultras del Betis del Carranza dio resultado, si bien en la Avenida Juan Carlos I la policía tuvo que cargar para dispersar a decenas de personas que aguardaban a la salida de estos hinchas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario