En los códigos del aguante, la venganza es una regla de vida. Las leyendas ofensivas que exhibió ayer la barra brava de Independiente en contra de la de Boca fue una señal que alerta sobre un posible enfrentamiento de ambas hinchadas durante el Mundial de Sudáfrica. Así se lo reconocieron a canchallena.com dos fuentes, una cercana a la barra de los Rojos y otra vinculada a un organismo nacional de seguridad deportiva.
La presencia de miembros de las dos barras estaría asegurada en el Mundial. Los de Independiente viajarán a través de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), la agrupación kirchnerista que reúne a barras bravas de más de 30 clubes. Desde HUA minimizaron lo que sucedió ayer en Avellaneda, aunque entendieron que tal vez fue innecesaria la provocación a tan poco tiempo de la aventura sudafricana.
Pablo "Bebote" Alvarez es el líder de la barra de los Rojos, pero además es el tesorero y uno de los impulsores de HUA, que desembarcaría en Pretoria con una tropa de más de 200 personas, que se alojarán en el Christian Progressive College, una escuela situada a unas pocas cuadras del predio donde se alojará la selección nacional.
La enemistad entre los grupos de Boca e Independiente siempre fue conocida, aunque se acentuó después del Mundial de Alemania 2006. Hace cuatro años hubo un enfrentamiento a golpes en República Checa, en un episodio que obligó a una réplica unos años después en un cruce que podría haber terminado mal en la zona de Puerto Madero, en una jornada de fútbol.
Entre hipótesis, se presume que las banderas exhibidas en la tribuna de Independiente responden a una lucha por un paquete de entradas y beneficios durante el Mundial. La 12, como se conoce a la hinchada xeneize, fortaleció su buena relación con Diego Maradona tras el último superclásico en la Bombonera, que marcó el regreso a la Boca del DT de la selección tras el enfrentamiento dialéctico con Riquelme.
En la barra de los Rojos, el nexo con la selección, en cambio, sería otro. Se trataría de un viejo dirigente de la AFA, que ya había tendido una ayuda en Alemania 2006.
Las jerarquías de la liturgia del aguante lo ubican a Mauro Martín como el jefe de La 12. Martín tiene pensado viajar a Sudáfrica. De hecho, se favoreció que el partido con River se haya jugado en jornada doble, porque así duplicó la recaudación de la hinchada, que en un momento tuvo que hacer cuentas porque sus finanzas estaban comprometidas. Ayer, Martín fue acusado por la barra de Independiente. Una leyenda lo vinculó de tener contacto directo con la policía. Algo de eso hay: la policía permitió ayer el ingreso al estadio de los Rojos de un grupo de unas 100 personas que no tenía entradas. Esto sucedía mientras que a un costado, en la vereda, los hinchas que sí poseían su ticket, debían aguardar primero por el ingreso de este grupo. Cada vez que Boca juega de visitante sucede lo mismo.
En otro grotesco capítulo entre barrabravas, lo que sucedió ayer en Avellaneda puede ser útil para evitar un posible enfrentamiento que puede avecinarse en tierras sudafricanas. Tanto las barras como los organismos de seguridad están advertidos.
La presencia de miembros de las dos barras estaría asegurada en el Mundial. Los de Independiente viajarán a través de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), la agrupación kirchnerista que reúne a barras bravas de más de 30 clubes. Desde HUA minimizaron lo que sucedió ayer en Avellaneda, aunque entendieron que tal vez fue innecesaria la provocación a tan poco tiempo de la aventura sudafricana.
Pablo "Bebote" Alvarez es el líder de la barra de los Rojos, pero además es el tesorero y uno de los impulsores de HUA, que desembarcaría en Pretoria con una tropa de más de 200 personas, que se alojarán en el Christian Progressive College, una escuela situada a unas pocas cuadras del predio donde se alojará la selección nacional.
La enemistad entre los grupos de Boca e Independiente siempre fue conocida, aunque se acentuó después del Mundial de Alemania 2006. Hace cuatro años hubo un enfrentamiento a golpes en República Checa, en un episodio que obligó a una réplica unos años después en un cruce que podría haber terminado mal en la zona de Puerto Madero, en una jornada de fútbol.
Entre hipótesis, se presume que las banderas exhibidas en la tribuna de Independiente responden a una lucha por un paquete de entradas y beneficios durante el Mundial. La 12, como se conoce a la hinchada xeneize, fortaleció su buena relación con Diego Maradona tras el último superclásico en la Bombonera, que marcó el regreso a la Boca del DT de la selección tras el enfrentamiento dialéctico con Riquelme.
En la barra de los Rojos, el nexo con la selección, en cambio, sería otro. Se trataría de un viejo dirigente de la AFA, que ya había tendido una ayuda en Alemania 2006.
Las jerarquías de la liturgia del aguante lo ubican a Mauro Martín como el jefe de La 12. Martín tiene pensado viajar a Sudáfrica. De hecho, se favoreció que el partido con River se haya jugado en jornada doble, porque así duplicó la recaudación de la hinchada, que en un momento tuvo que hacer cuentas porque sus finanzas estaban comprometidas. Ayer, Martín fue acusado por la barra de Independiente. Una leyenda lo vinculó de tener contacto directo con la policía. Algo de eso hay: la policía permitió ayer el ingreso al estadio de los Rojos de un grupo de unas 100 personas que no tenía entradas. Esto sucedía mientras que a un costado, en la vereda, los hinchas que sí poseían su ticket, debían aguardar primero por el ingreso de este grupo. Cada vez que Boca juega de visitante sucede lo mismo.
En otro grotesco capítulo entre barrabravas, lo que sucedió ayer en Avellaneda puede ser útil para evitar un posible enfrentamiento que puede avecinarse en tierras sudafricanas. Tanto las barras como los organismos de seguridad están advertidos.
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