Los aficionados helenos son célebres por su ardor guerrero que se ha traducido en numerosas ocasiones en actos de vandalismo sin parangón en Europa. Pero el partido que enfrentó al Aris y el Maroussi dio con una de las escenas más impresionantes que se recuerdan en un evento deportivo.
Los pabellones griegos de baloncesto han legado a la historia un desfile de imágenes antológicas que por desgracia tenían en la violencia de sus gradas el común denominador. Pero en esta ocasión ni hubo que lamentar daños ni es posible hablar de violencia al uso.
La afición de Salónica dio muestras de su tremendo poder de acción y convocatoria con el lanzamiento a la pista más masivo que se recuerda en un evento deportivo. Hasta la mascota del Aris quedó enterrada por la lluvia de papel arrojado desde las gradas.
Es el Aris. Es Salónica. El club debe su nombre a Ares, el dios de la guerra, cuya imagen (como se ilustra en el Ares Ludovisi) es retratado en el logotipo del club griego.
La afición de Salónica dio muestras de su tremendo poder de acción y convocatoria con el lanzamiento a la pista más masivo que se recuerda en un evento deportivo. Hasta la mascota del Aris quedó enterrada por la lluvia de papel arrojado desde las gradas.
Es el Aris. Es Salónica. El club debe su nombre a Ares, el dios de la guerra, cuya imagen (como se ilustra en el Ares Ludovisi) es retratado en el logotipo del club griego.
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