Un hincha de Peñarol de 20 años murió baleado en un acto de venganza de un menor que confesó el crimen, poco antes de que se atentara el domingo con disparos y bombas molotov contra las viviendas de dos de los procesados por coautoría del asesinato.
La noche del sábado, un menor de 17 años cuya identidad no fue revelada confesó haber sido el autor de los disparos que en la madrugada del viernes acabaron con la vida de Rodrigo Aguirre, de 20 años, por lo que fue procesado como autor del homicidio, mientras que otros tres jóvenes de 19, 20 y 21 años lo fueron por homicidio en grado de coautoría.
El menor, autor de los disparos contra Aguirre, afirmó que éste lo había herido de bala en la cintura días pasados, relató a El País digital el portavoz de la Suprema Corte de Justicia, Raúl Oxandabarat.
Aguirre había sido hospitalizado el lunes pasado por un balazo que recibió en el brazo, disparado desde el mismo vehículo que fue usado para atacarlo nuevamente el jueves.
El domingo, las madres de dos de los procesados denunciaron agresiones contra sus viviendas que no dejaron heridos; una con una bomba molotov la otra con disparos de bala, hechos que la Policía todavía investiga.
Las investigaciones preliminares iniciadas con el asesinato vincularon el hecho con un doble crimen ocurrido en 2009 contra dos menores muertos a puñaladas por diferencias entre barrabravas tras un partido de baloncesto, hecho por el que Aguirre había sido interrogado. Sin embargo, el presidente de la Federación Uruguaya de Básquetbol, Ney Castillo, afirmó a radio El Espectador el domingo que "no es un problema del básquetbol. Está claramente ligado, como había sido la conclusión, a barrabravas del fútbol".
En las redes sociales, los mensajes de venganza por parte de hinchas de Peñarol se mezclaban con amenazas de simpatizantes de Nacional, que anunciaban "Ya les vamos a matar a otro (hincha de Peñarol) para que le haga compañía" a Aguirre.
La noche del sábado, un menor de 17 años cuya identidad no fue revelada confesó haber sido el autor de los disparos que en la madrugada del viernes acabaron con la vida de Rodrigo Aguirre, de 20 años, por lo que fue procesado como autor del homicidio, mientras que otros tres jóvenes de 19, 20 y 21 años lo fueron por homicidio en grado de coautoría.
El menor, autor de los disparos contra Aguirre, afirmó que éste lo había herido de bala en la cintura días pasados, relató a El País digital el portavoz de la Suprema Corte de Justicia, Raúl Oxandabarat.
Aguirre había sido hospitalizado el lunes pasado por un balazo que recibió en el brazo, disparado desde el mismo vehículo que fue usado para atacarlo nuevamente el jueves.
El domingo, las madres de dos de los procesados denunciaron agresiones contra sus viviendas que no dejaron heridos; una con una bomba molotov la otra con disparos de bala, hechos que la Policía todavía investiga.
Las investigaciones preliminares iniciadas con el asesinato vincularon el hecho con un doble crimen ocurrido en 2009 contra dos menores muertos a puñaladas por diferencias entre barrabravas tras un partido de baloncesto, hecho por el que Aguirre había sido interrogado. Sin embargo, el presidente de la Federación Uruguaya de Básquetbol, Ney Castillo, afirmó a radio El Espectador el domingo que "no es un problema del básquetbol. Está claramente ligado, como había sido la conclusión, a barrabravas del fútbol".
En las redes sociales, los mensajes de venganza por parte de hinchas de Peñarol se mezclaban con amenazas de simpatizantes de Nacional, que anunciaban "Ya les vamos a matar a otro (hincha de Peñarol) para que le haga compañía" a Aguirre.
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