La muerte violenta del aficionado del Deportivo 'Jimmy' en un enfrentamiento entre ultras del Atlético de Madrid y el equipo coruñés donde también había radicales de otros equipos (Rayo, Real Madrid, Sporting, Getafe...) marcó un punto de inflexión en la lucha contra la violencia en el ámbito del fútbol. Un mes y medio después de aquel incidente se instrumentaron unas medidas que comenzaron a aplicarse en enero cuando Javier Tebas (LFP) y Miguel Cardenal (CSD) anunciaron la aprobación de las modificaciones de los estatutos y del Código Disciplinario de la RFEF para la lucha contra la violencia en el ámbito del fútbol.
Las medidas detalladas incluían "el cierre parcial y total de los estadios, la pérdida de puntos, el descenso de categoría, la inhabilitación de directivos o la plena operatividad de las figuras que se ocuparían durante los partidos de comprobar que todos los actores del evento deportivo se ajusten a las reglas y que además, esa comprobación, sea una prueba en el ámbito jurídico". En ese momento, la LFP diseñó un operativo para controlar el correcto ajuste de esas medidas y desde la jornada 19ª envía un escrito denunciando los cánticos que incitan a la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, al Comité de la Competición Profesional (RFEF), escrito que además se traslada a la Comisión Antiviolencia.
La afición del Atlético de Madrid, en concreto su grupo Frente Atlético, pasó a estar en el punto de mira, al igual que los Riazor Blues, del Deportivo, si bien la vigilancia se extendió a toda la Liga BBVA y Liga Adelante. Asimismo, en el seno del Atlético se tomaron otras medidas como la expulsión de los socios que participaron en la violenta reyerta con aficionados del Depor y el desplazamiento del numeroso grupo de seguidores denominado Frente Atlético de la grada del Calderón con su baja como peña. Miguel Ángel Gil Marín, Consejero Delegado del Atlético, anunció la ruptura de cualquier vínculo con aquel grupo, si bien se mantiene la relación con miembros del mismo. Eso sí, no existe exhibición alguna de distintivos alusivos Frente Atlético en la grada del Manzanares.
Este hecho dice bastante del cambio de conducta obrado en la grada del Vicente Calderón. Y así lo ratifican los escritos-denuncia que la LFP remite cada jornada a la Comisión Antiviolencia. Desde que se adoptó aquella medida de control y 14 jornadas del Campeonato de Liga transcurridas después, el Atlético no ha sido denunciado en ninguna ocasión.
A diferencia del buen hacer y limpio comportamiento de la afición rojiblanca testado por los informadores de la Liga de Fútbol Profesional se encuentran las numerosas denuncias señaladas en estos informes por el comportamiento de aficiones de otros clubes. Son los casos de Deportivo y Sevilla principalmente, si bien el Celta o el Barça también aparecen señalados en las denuncias elevadas por la LFP a la Comisión Antiviolencia. En el caso de la Liga Adelante, uno de los clubes que más reseñas acumula es el Betis.
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