La Curva, el principal grupo de animación del Espanyol, ha pedido la dimisión del consejo de administración del club por su disconformidad con las medidas de seguridad que impedían la introducción en las gradas de los palos de sus banderas. Estos hinchas han dejado vacío gran parte del fondo que ocupan y han cantado gritos ofensivos contra el Barça que serán sancionados por la Liga de Fútbol Profesional. El cuadro blaugrana, no obstante, ha vivido su derbi menos hostil en territorio comanche. El Power8 Stadium ha congregado a 30.000 espectadores en un recinto con capacidad para 40.000.
El área social del Espanyol se ha reunido esta semana con las peñas para pedir que no insultasen al Barça por las sanciones que acarrean para la entidad las agresiones verbales. La Curva ha roto el pacto ante las medidas de seguridad extremas de su club para este partido, y pronto ha comenzado a entonar los habituales gritos de “puta Barça”. Hay que reconocer, de todos modos, que la afición del Espanyol ha sido mucho menos agresiva que de costumbre. Algo está cambiando en el fútbol.
Actitud ejemplar, salvo algún lunar
Los gritos de “puta Barça” han sido respondidos con pitos de otros aficionados durante los primeros minutos del partido. Sólo ha habido unanimidad ofensiva en contra del equipo azulgrana cuando el colegiado, Mateu Lahoz, ha expulsado a Héctor Moreno ya fuera de tiempo. El árbitro, por cierto, se ha disculpado con los futbolistas espanyolistas tras el partido por el gol ilegal de Leo Messi que ha subido al tanteador.
El derbi ha contado con otras acciones puntuales denunciables en la grada. En la primera mitad, ha caído el palo de una bandera al césped, justo antes de que el Barça lanzase un córner; un aficionado ha gritado “ladrón” a Messi en otro instante del partido, y algunos seguidores, muy pocos, han chillado “písalo, písalo” [a Leo] en una acción en la que el 10 ha recibido un golpe en la cabeza y ha quedado tumbado en la hierba. Finalmente, la expulsión de Jordi Alba por protestar ha provocado el típico “tonto, tonto”.
Asimismo, varios aficionados pericos han estado a punto de llegar a las manos durante el primer tiempo al considerar que un sector de aficionados boicoteaba su medida de protesta. Los hinchas más radicales se han encarado con otros aficionados que se han sentado en la zona de la Curva, que estaba desierta. Sin embargo, han resistido allí sentados hasta el final del partido a pesar de las amenazas mientras los radicales volvían a focalizar su ira hacia los dirigentes del club con cánticos de "directiva dimisión".
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