El delantero brasileño Hulk, del Zenit de San Petersburgo, se quejó de haber sido objeto de abuso racial durante un partido contra Spartak de Moscú en la Liga Premier rusa.
Cuando Hulk fue reemplazado después de anotar un gol en el empate 2-2, lanzó besos a las tribunas y explicó que se debió "lamentablemente a que se sigue repitiendo la misma situación de racismo", según comenta en el cibersitio del club.
La temporada pasada, Spartak y Torpedo de Moscú fueron castigados por incidentes separados de abuso racial contra Hulk.
El delantero dijo en julio que el comportamiento racista estaba presente "en casi todos los partidos" en Rusia, donde juega desde el 2012, y teme que pueda empañar la Copa Mundial del 2018.
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