Desde hace varios años, los ultras franceses piden más libertad para animar a sus equipos sin ser vistos como unos hooligans. Sin embargo, la última semana no les va a ayudar. Todo empezó el último jueves cuando seguidores del Marsella se pelearon con ultras del Groningen antes del encuentro de Europa League.
Dos días más tarde, 14 seguidores del PSG fueron interpelados en Reims después de varios incidentes antes del encuentro de Ligue 1. Pero lo más inquietante se produjo el pasado domingo durante el encuentro Marsella-Lyon en el que los ultras del OM “festejaron” el regreso de Valbuena al Velodrome con un muñeco ahorcado y lanzaron botellas de vidrio al campo que pararon el encuentro durante 25 minutos.
A menos de un año de la Eurocopa, Francia está inquieta. “Es inaceptable. Hay que tener más firmeza durante los controles antes de poder entrar en el estadio. Estamos cerca de un acontecimiento formidable”, indicó el secretario de estado del Deporte francés, Thierry Braillard.
El presidente de la Liga francesa mostró también su indignación: “Es intolerable que unas botellas de vidrio pudieran ser lanzadas en dirección a los jugadores. En lugar de mostrar lo que el fútbol tiene de mejor, hemos visto lo peor”, comentó Thilliez, que pide sancionar con más dureza a los clubes con estos problemas.
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