La imagen de vulnerabilidad que trasladó San Mamés el día del partido de vuelta de la eliminatoria de la Europa League entre el Athletic y el Marsella fue la más preocupante desde que el nuevo estadio abrió sus puertas en septiembre del 2013. Cientos de ultras del conjunto francés introdujeron bengalas en La Catedral tras causar unos graves disturbios en pleno centro de Bilbao. La Ertzaintza, que preparó un dispositivo especial al considerarse el partido de alto riesgo, fue señalada por no haber evitado la introducción de artefactos pirotécnicos en el recinto deportivo. Algunas fuentes policiales indicaban horas después de los altercados que los cacheos realizados fueron muy deficientes para conseguir que los franceses entraran con rapidez y evitar así incidentes mayores en los aledaños. Un comisario de la Policía vasca, sin embargo, trabaja en otra hipótesis. Asegura que los hinchas franceses pudieron introducir las bengalas ocultas en sus «cavidades corporales», según figura en una transcripción de sus palabras ante la comisión del Parlamento vasco celebrada el 21 de marzo en la que se analizaron los incidentes registrados en la capital bilbaína.
«Entre otros restos, se encontraron en los aseos utilizados por los aficionados del Olympique de Marsella profilácticos que estaban vacíos (sic)», afirma el mando de la Ertzaintza ante los representantes políticos que forman parte del grupo parlamentario de trabajo. En opinión del responsable policial, ese fue el motivo por el que los agentes no detectaran los artefactos pirotécnicos. «Los registros se realizaron de manera exhaustiva, respetando siempre los derechos fundamentales y la dignidad de las personas. Obviamente, no se puede llegar hasta eso»,adivierte.
Las imágenes que se pudieron ver en San Mamés el día del choque ante el Marsella llegaron a ojos de la Comisión Antiviolencia, que propuso una sanción de 3.500 euros por «deficiencias» en los controles de acceso. En este aspecto, la Ertzaintza se defiende al decir que el operativo fue «razonablemente bien ejecutado, bien planificado, con mejora, sin ninguna duda». Por su lado, algunos de los agentes que formaron parte de ese dispositivo especial lamentaron la falta de órdenes concretas durante la batalla campal que se registró en Bilbao. «La única orden que recibimos era: 'Aguantad'», afirmaban.
Los incidentes que se produjeron en pleno centro de la villa acabaron con cinco detenidos, después de desatar el caos en calles tan importantes y transitadas como Doctor Areilza y Rodríguez Arias. Aquella jornada, una de las más oscuras relacionadas con el fútbol, dejó además una sensación de que San Mamés puede resultar un estadio débil y accesible para los ultras.
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