La jornada 29 de la Primera división de Bulgaria a punto estuvo de albergar un incidente que bien podría haber terminado en tragedia. Los hechos ocurrieron durante el partido que enfrentó al Levski y al Ludogorets, encuentro en el que los visitantes se impusieron por 0-2.
El autor del segundo tanto fue Cosmin Moti, quien transformó un penalti a diez minutos del final. Su celebración estuvo dedicada a la hinchada rival, ante la que se plantó con los brazos extendidos en un claro gesto de provocación.
Algunos ultras del Levski, al ver esto, intentaron saltar al campo para agredir a Moti, quien observaba desde la distancia los esfuerzos de la seguridad por impedir el asalto. Afortunadamente, la seguridad del estadio pudo contener a los radicales.
El árbitro decidió amonestar con tarjeta amarilla a Moti, quien se marchó expulsado al ser esta la segunda amarilla que veía en el partido. En su camino hacia los vestuarios, un hincha logró romper el techo por el que pasaba, aunque el incidente no llegó a mayores.
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