Los ánimos siguen caldeados en el Atlético de Madrid. Tras los incidentes protagonizados anoche por unos 200 aficionados al finalizar el encuentro ante el Mallorca, hoy alrededor de cincuenta hinchas se concentraron en las puertas del Vicente Calderón, donde entrenaba el equipo, para pedir explicaciones a los jugadores.
Unos 50 aficionados, la mayoría de ellos del Frente Atlético, se ha dado cita en el estadio Vicente Calderón, donde el equipo colchonero se entrenaba a puerta cerrada, pidiendo que se les permitiera hablar con los jugadores a la salida del recinto. A la vista de los hechos, el club consideró mejor una solución pacífica y permitió a algunos de ellos que accedieran al estadio para dialogar durante unos minutos con el primer capitán, Antonio López. Los ultras recordaron al representante de los futbolistas el apoyo incondicional de la afición y les exigieron el máximo compromiso para salir de la situación en la qwue se encuentra el equipo.
Hay que recordar que anoche se hizo necesaria la intervención de la policía cuando unos 200 aficionados intentaron entrar en el palco del Calderón increpando a la directiva rojiblanca. Para evitar más incidentes, las fuerzas del orden decidieron clausurar la puerta cero del estadio y desvíar a otras salidas el tráfico de personas tras el encuentro.
Unos 50 aficionados, la mayoría de ellos del Frente Atlético, se ha dado cita en el estadio Vicente Calderón, donde el equipo colchonero se entrenaba a puerta cerrada, pidiendo que se les permitiera hablar con los jugadores a la salida del recinto. A la vista de los hechos, el club consideró mejor una solución pacífica y permitió a algunos de ellos que accedieran al estadio para dialogar durante unos minutos con el primer capitán, Antonio López. Los ultras recordaron al representante de los futbolistas el apoyo incondicional de la afición y les exigieron el máximo compromiso para salir de la situación en la qwue se encuentra el equipo.
Hay que recordar que anoche se hizo necesaria la intervención de la policía cuando unos 200 aficionados intentaron entrar en el palco del Calderón increpando a la directiva rojiblanca. Para evitar más incidentes, las fuerzas del orden decidieron clausurar la puerta cero del estadio y desvíar a otras salidas el tráfico de personas tras el encuentro.
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