La violencia de las barras bravas en la capital parece incontenible y puede llegar, incluso, a ocasionar la muerte de quienes se cruzan por su camino. Prueba de ello es el caso de la contadora María Paola Vargas Ortiz (25), quien el sábado pasado fue arrojada de una coaster en marcha por un grupo de enardecidos hinchas de Universitario de Deportes. La joven murió un día después, a causa de un grave traumatismo encefalocraneano (TEC).
El cuerpo de Vargas fue velado ayer en San Borja y después llevado a un cementerio de la ciudad para ser cremada. La noticia de su deceso ha conmocionado a su círculo de amigos de la Universidad del Pacífico, donde estudió.
EL ATAQUESegún la investigación policial, la contadora salió de su domicilio de la calle Durero, en San Borja, el sábado a eso de las 4:30 p.m., con dirección a La Molina. Iba a encontrarse con unas amigas con las que trabajaba en una empresa embotelladora de gaseosas. En un paradero cercano a su casa, la joven subió a una coaster sin presagiar que, metros más adelante, una turba de hinchas subiría también. Ellos se dirigían al estadio Monumental.
La principal hipótesis que maneja hasta ahora la policía es que la joven, al ver que el vehículo se llenó de barristas, le pidió al chofer que se detuviera para bajar. Ante la insistencia, el conductor paró, pero uno de los barristas la empujó intencionalmente cuando ella iba a descender y le hizo perder el equilibrio. Producto de ello, la víctima cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra el pavimento.
Pese que yacía ensangrentada e inconsciente, Vargas no fue auxiliada por el chofer ni por los hinchas, quienes huyeron del lugar. Gracias al llamado de una vendedora de golosinas, la joven fue trasladada por los bomberos a la clínica San Pablo y luego al hospital María Auxiliadora. A las 9 p.m. del domingo, la víctima murió en el hospital Guillermo Almenara.
SEPA MÁSLa Divincri Surco investiga el caso, pero no ha identificado aún a los posibles autores de la muerte de la joven contadora.
Según el Código Penal, el delito que se habría producido con esta muerte (exposición de personas al peligro seguido de muerte) es castigado con entre 4 y 8 años de cárcel.
El cuerpo de Vargas fue velado ayer en San Borja y después llevado a un cementerio de la ciudad para ser cremada. La noticia de su deceso ha conmocionado a su círculo de amigos de la Universidad del Pacífico, donde estudió.
EL ATAQUESegún la investigación policial, la contadora salió de su domicilio de la calle Durero, en San Borja, el sábado a eso de las 4:30 p.m., con dirección a La Molina. Iba a encontrarse con unas amigas con las que trabajaba en una empresa embotelladora de gaseosas. En un paradero cercano a su casa, la joven subió a una coaster sin presagiar que, metros más adelante, una turba de hinchas subiría también. Ellos se dirigían al estadio Monumental.
La principal hipótesis que maneja hasta ahora la policía es que la joven, al ver que el vehículo se llenó de barristas, le pidió al chofer que se detuviera para bajar. Ante la insistencia, el conductor paró, pero uno de los barristas la empujó intencionalmente cuando ella iba a descender y le hizo perder el equilibrio. Producto de ello, la víctima cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra el pavimento.
Pese que yacía ensangrentada e inconsciente, Vargas no fue auxiliada por el chofer ni por los hinchas, quienes huyeron del lugar. Gracias al llamado de una vendedora de golosinas, la joven fue trasladada por los bomberos a la clínica San Pablo y luego al hospital María Auxiliadora. A las 9 p.m. del domingo, la víctima murió en el hospital Guillermo Almenara.
SEPA MÁSLa Divincri Surco investiga el caso, pero no ha identificado aún a los posibles autores de la muerte de la joven contadora.
Según el Código Penal, el delito que se habría producido con esta muerte (exposición de personas al peligro seguido de muerte) es castigado con entre 4 y 8 años de cárcel.
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