Ni el testimonio del árbitro ni el vídeo que grabó un amigo suyo han confirmado hoy las presuntas agresiones xenófobas de los jugadores del Bada Bing a los del Rosario Central, de origen sudamericano, en el partido de Tercera Regional disputado en enero pasado.
Hasta siete componentes del Bada Bing se enfrentan a penas de hasta seis años y medio de prisión por delitos contra la integridad moral, lesiones, desórdenes públicos y coacciones, algunos con el agravante de racismo.
Sin embargo, si el titular del juzgado de lo penal número 22 condena a todos o alguno de ellos no será por lo visto y escuchado hoy en la Ciudad de la Justicia, sino por lo sucedido en los días previos, donde infinidad de testigos dieron detalles de todo lo acontecido durante y después del encuentro del 10 de enero.
Hoy, sin embargo, ha parecido ser un día perdido en lo que a eficacia probatoria se refiere, especialmente para las acusaciones, pues la mayoría de los testigos que han declarado en la última sesión del juicio estaban propuestos por la defensa y han insistido en que durante el encuentro no sucedió 'nada fuera de lo normal' y que después se produjo la típica 'tangana', no tan infrecuente en un partido de fútbol.
Por si fuera poco, el que se supone que debía ser el único testigo objetivo del día, el árbitro, no ha dicho nada relevante durante su comparecencia.
El árbitro del partido se ha presentado en la sala dubitativo, temeroso y con preocupantes lagunas de memoria.
La frase 'no lo recuerdo' ha sido una de la más utilizadas por el colegiado a las preguntas del fiscal y de los diferentes letrados, y, visiblemente nervioso, se ha contradicho en casi cada intervención.
A la pregunta de si se sintió amenazado durante el partido, ha respondido 'no', pero luego ha dejado entrever que temió por su integridad física, y ha empezado a referirse a las agresiones de los componentes del Bada Bing para, más adelante, hablar de la 'pelea' que protagonizaron 'ambos equipos'.
También ha negado haber escuchado insultos racistas durante el transcurso del encuentro, pero cuando ha sido preguntado por algunos de los que enumeró durante su declaración en fase de instrucción ha admitido que, 'entonces sí', puede decirse que los jugadores del Bada Bing pronunciaron algún que otro improperio de connotaciones xenófobas contra los jugadores rivales.
Todavía menos concluyente ha sido el vídeo del partido, precisamente por eso, porque sólo recoge los 73 minutos que duró el choque -a partir de ahí, alguien obliga a apagar la cámara y llega el fundido en negro- y no lo que ocurrió tras la suspensión del mismo.
La prueba videográfica ha demostrado que el encuentro transcurrió con total normalidad hasta que los jugadores del Bada Bing empezaron a calentarse tras encajar, de penalti, el 1-4 al principio de la segunda mitad.
El sonido recoge cómo un jugador local insulta -'sudaca de mierda'- a otro visitante, y también se registran varias entradas duras del Bada Bing y alguna que otra protesta vehemente contra el árbitro.
Eso sí, las imágenes, oscuras al disputarse el partido en horario nocturno y captadas desde una banda, demuestran que en las gradas habían una docena de seguidores del Bada Bing con estética 'skin' y no sólo cuatro o cinco novias de jugadores como han sostenido las defensas durante todo el juicio.
Tanto la fiscalía como la abogada del ayuntamiento de Barcelona han mantenido sus calificaciones, aunque han extendido el agravante de racismo a los siete acusados: Israel Moreno Gómez, Valentín Moreno Gómez -ambos con antecedentes penales-, Carlos R.G, José Luis E.S, Jonatan P.F, David L.R y Efrén S.S, todos ellos jugadores del Bada Bing y algunos presuntamente vinculados al grupo de seguidores radicales del FC Barcelona conocido como 'Boixos Nois'.
Los siete presuntamente participaron en los hechos que culminaron en la agresión -'con puños, patadas y palos', según señalan las acusaciones- a cinco jugadores del Rosario Central, su presidente y la secretaria de este equipo. El juicio ha quedado visto para sentencia.
Sin embargo, si el titular del juzgado de lo penal número 22 condena a todos o alguno de ellos no será por lo visto y escuchado hoy en la Ciudad de la Justicia, sino por lo sucedido en los días previos, donde infinidad de testigos dieron detalles de todo lo acontecido durante y después del encuentro del 10 de enero.
Hoy, sin embargo, ha parecido ser un día perdido en lo que a eficacia probatoria se refiere, especialmente para las acusaciones, pues la mayoría de los testigos que han declarado en la última sesión del juicio estaban propuestos por la defensa y han insistido en que durante el encuentro no sucedió 'nada fuera de lo normal' y que después se produjo la típica 'tangana', no tan infrecuente en un partido de fútbol.
Por si fuera poco, el que se supone que debía ser el único testigo objetivo del día, el árbitro, no ha dicho nada relevante durante su comparecencia.
El árbitro del partido se ha presentado en la sala dubitativo, temeroso y con preocupantes lagunas de memoria.
La frase 'no lo recuerdo' ha sido una de la más utilizadas por el colegiado a las preguntas del fiscal y de los diferentes letrados, y, visiblemente nervioso, se ha contradicho en casi cada intervención.
A la pregunta de si se sintió amenazado durante el partido, ha respondido 'no', pero luego ha dejado entrever que temió por su integridad física, y ha empezado a referirse a las agresiones de los componentes del Bada Bing para, más adelante, hablar de la 'pelea' que protagonizaron 'ambos equipos'.
También ha negado haber escuchado insultos racistas durante el transcurso del encuentro, pero cuando ha sido preguntado por algunos de los que enumeró durante su declaración en fase de instrucción ha admitido que, 'entonces sí', puede decirse que los jugadores del Bada Bing pronunciaron algún que otro improperio de connotaciones xenófobas contra los jugadores rivales.
Todavía menos concluyente ha sido el vídeo del partido, precisamente por eso, porque sólo recoge los 73 minutos que duró el choque -a partir de ahí, alguien obliga a apagar la cámara y llega el fundido en negro- y no lo que ocurrió tras la suspensión del mismo.
La prueba videográfica ha demostrado que el encuentro transcurrió con total normalidad hasta que los jugadores del Bada Bing empezaron a calentarse tras encajar, de penalti, el 1-4 al principio de la segunda mitad.
El sonido recoge cómo un jugador local insulta -'sudaca de mierda'- a otro visitante, y también se registran varias entradas duras del Bada Bing y alguna que otra protesta vehemente contra el árbitro.
Eso sí, las imágenes, oscuras al disputarse el partido en horario nocturno y captadas desde una banda, demuestran que en las gradas habían una docena de seguidores del Bada Bing con estética 'skin' y no sólo cuatro o cinco novias de jugadores como han sostenido las defensas durante todo el juicio.
Tanto la fiscalía como la abogada del ayuntamiento de Barcelona han mantenido sus calificaciones, aunque han extendido el agravante de racismo a los siete acusados: Israel Moreno Gómez, Valentín Moreno Gómez -ambos con antecedentes penales-, Carlos R.G, José Luis E.S, Jonatan P.F, David L.R y Efrén S.S, todos ellos jugadores del Bada Bing y algunos presuntamente vinculados al grupo de seguidores radicales del FC Barcelona conocido como 'Boixos Nois'.
Los siete presuntamente participaron en los hechos que culminaron en la agresión -'con puños, patadas y palos', según señalan las acusaciones- a cinco jugadores del Rosario Central, su presidente y la secretaria de este equipo. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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