El Superior Tribunal de Justicia Deportiva de Brasil resolvió la noche del martes castigar al club Coritiba, recién descendido a la Segunda División, con la pérdida de condición de local por 30 partidos y una multa de unos 346.000 dólares por incidentes violentos.
Según se anunció, el Coritiba obtuvo la pena máxima por los incidentes registrados el pasado 6 de diciembre en la última fecha del torneo brasileño cuando decenas de hinchas invadieron el campo para agredir a jueces y pelear con la policía, pero además deberá pagar una multa de 610.000 reales (346.600 dólares al cambio).
Tras una reunión de cuatro horas el tribunal resolvió por unanimidad acusar al Coritiba y condenarlo a cumplir el castigo en torneos nacionales como el de Segunda División B y la Copa de Brasil en 2010, aunque podrá jugar el Campeonato del estado de Paraná.
Los violentos incidentes que ganaron amplia difusión local e internacional ocurrieron durante el partido que Coritiba empató 1-1 ante el Fluminense de Rio en el estadio Couto Pereira de Curitiba (sur), que determinó su descenso.
Al final del partido decenas de hinchas enfurecidos rompieron alambrados y parte de las instalaciones del estadio, entraron en el campo con palos, barras de hierro, pedazos de sillas y otros objetos para atentar contra los árbitros y terminaron enfrentando durante largo tiempo a la policía.
Los magistrados del STJD consideraron que el Coritiba no adoptó medidas para prevenir y reprimir los incidentes, ya sea la invasión, la pelea y golpes de los hinchas como el lanzamiento de objetos al campo.
Además, por cuestiones de seguridad se evalúa cerrar el estadio Couto hasta que la CBF lo considere apto y una multa máxima de 10.000 reales.
Según se anunció, el Coritiba obtuvo la pena máxima por los incidentes registrados el pasado 6 de diciembre en la última fecha del torneo brasileño cuando decenas de hinchas invadieron el campo para agredir a jueces y pelear con la policía, pero además deberá pagar una multa de 610.000 reales (346.600 dólares al cambio).
Tras una reunión de cuatro horas el tribunal resolvió por unanimidad acusar al Coritiba y condenarlo a cumplir el castigo en torneos nacionales como el de Segunda División B y la Copa de Brasil en 2010, aunque podrá jugar el Campeonato del estado de Paraná.
Los violentos incidentes que ganaron amplia difusión local e internacional ocurrieron durante el partido que Coritiba empató 1-1 ante el Fluminense de Rio en el estadio Couto Pereira de Curitiba (sur), que determinó su descenso.
Al final del partido decenas de hinchas enfurecidos rompieron alambrados y parte de las instalaciones del estadio, entraron en el campo con palos, barras de hierro, pedazos de sillas y otros objetos para atentar contra los árbitros y terminaron enfrentando durante largo tiempo a la policía.
Los magistrados del STJD consideraron que el Coritiba no adoptó medidas para prevenir y reprimir los incidentes, ya sea la invasión, la pelea y golpes de los hinchas como el lanzamiento de objetos al campo.
Además, por cuestiones de seguridad se evalúa cerrar el estadio Couto hasta que la CBF lo considere apto y una multa máxima de 10.000 reales.
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