“¡Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 86’”! coreaba la tribuna celeste y blanca.
Al igual que ocurrió en el debut ante Nigeria, los simpatizantes argentinos montaron una fiesta, a la que se sumó buena parte del público local, que aportó sus tradicionales vuvuzelas y se enganchó con las canciones, que sonaban con acento criollo.
No faltaron mensajes en tributo al futbolista más grande de la historia: “Gracias Diego”, “Los Maradonianos,”, “Dios es Argentino”, se podía leer entre las miles de banderas argentinas. Tampoco los barrabravas de grupos enfrentados, que estaban ubicados en lados opuestos de la cancha.
Las butacas naranjas del Soccer City comenzaron a llenarse desde temprano y a la hora señalada ya eran prácticamente un cielo celeste y blanco, salvo por dos grandes banderas de Corea del Sur desplegadas cuando se escuchó el himno del país asiático.
Aunque había algunos asientos vacíos, el color de los hinchas argentinos aportó al duelo mundialista una mística inconfundible. Cuando el himno comenzó a sonar, los jugadores dieron paso a la hinchada, que al unísono coreó “ooo, ooo, ooo”, marcando un momento especial que fue una demostración de fuerza frente al rival.
Como Argentina dio el golpe al inicio, con un gol en contra de Chu Young Park, el estadio explotó. “¡Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano, de Maradona, toda la vuelta vamos a dar!”, cantaban. Era solo el comienzo de un idilio. Con Messi al mando, la selección mostró carácter, un juego vertiginoso y variantes que alimentan el sueño de una Argentina campeona del Mundo.
“Sin Verón es otro equipo, más rápido, tocan mejor, es impresionante”, opinaba al término del encuentro Sebastián, un hincha argentino llegado de Salta.
“Messi es increíble. Solo le faltó el gol, pero con él vamos a llegar lejos”, agregó Verónica, otra compatriota que se encuentra en Sudáfrica alentado a la selección.
Lola y Joaquín, dos hermanos argentinos que viven en el país africano, también quedaron deslumbrados con la actuación del crack argentino. “El equipo me gusta mucho, tenemos grandes jugadores, pero Messi es el mejor. Creo que vamos a salir campeones”, vaticinó Joaquín entusiasmado.
Pero no solo los argentinos están enamorados de la selección de Maradona y su máxima figura. Son miles los sudafricanos y fanáticos del fútbol que se desviven por ver a Diego y Messi, el mejor jugador de fútbol de la actualidad.
“Ver a Maradona ahí parado, dando indicaciones, con su carácter, es fantástico”, afirma Ulpendra, de la India. “Disfruté muchísimo del partido, estoy seguro de que si siguen así van a ganar el Mundial”, apuntó su amigo Geca, sudafricano.
“Desde pequeño que sueño con ver a Maradona y aquí está. Estoy seguro que va a lograr que Argentina salga campeón”, dijo, por su parte, Adam, otro chico mestizo del país anfitrión.
Cuesta creer que entre tantas camisetas celestes y blancas hubiese tanto hincha local. “Me gusta mucho Argentina y amo a Messi”, explicaba Armesh, también sudafricano, en referencia a su ídolo.
Como él, George, Víctor, Chayssy vibraron con la actuación de la selección argentina. Miles de argentinos que fueron testigos en vivo y en directo de la lección futbolística del crack argentino pero no pudieron gritar sus goles.
Aún así, al terminar el encuentro, Leo y todo el equipo albiceleste fue aclamado. Mientras las butacas del Soccer City se iban vaciando, parte de la gran hinchada argentina se quedó dentro del estadio, se resistía a salir. Para ellos, el sueño mundialista es cada vez más real.
Al igual que ocurrió en el debut ante Nigeria, los simpatizantes argentinos montaron una fiesta, a la que se sumó buena parte del público local, que aportó sus tradicionales vuvuzelas y se enganchó con las canciones, que sonaban con acento criollo.
No faltaron mensajes en tributo al futbolista más grande de la historia: “Gracias Diego”, “Los Maradonianos,”, “Dios es Argentino”, se podía leer entre las miles de banderas argentinas. Tampoco los barrabravas de grupos enfrentados, que estaban ubicados en lados opuestos de la cancha.
Las butacas naranjas del Soccer City comenzaron a llenarse desde temprano y a la hora señalada ya eran prácticamente un cielo celeste y blanco, salvo por dos grandes banderas de Corea del Sur desplegadas cuando se escuchó el himno del país asiático.
Aunque había algunos asientos vacíos, el color de los hinchas argentinos aportó al duelo mundialista una mística inconfundible. Cuando el himno comenzó a sonar, los jugadores dieron paso a la hinchada, que al unísono coreó “ooo, ooo, ooo”, marcando un momento especial que fue una demostración de fuerza frente al rival.
Como Argentina dio el golpe al inicio, con un gol en contra de Chu Young Park, el estadio explotó. “¡Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano, de Maradona, toda la vuelta vamos a dar!”, cantaban. Era solo el comienzo de un idilio. Con Messi al mando, la selección mostró carácter, un juego vertiginoso y variantes que alimentan el sueño de una Argentina campeona del Mundo.
“Sin Verón es otro equipo, más rápido, tocan mejor, es impresionante”, opinaba al término del encuentro Sebastián, un hincha argentino llegado de Salta.
“Messi es increíble. Solo le faltó el gol, pero con él vamos a llegar lejos”, agregó Verónica, otra compatriota que se encuentra en Sudáfrica alentado a la selección.
Lola y Joaquín, dos hermanos argentinos que viven en el país africano, también quedaron deslumbrados con la actuación del crack argentino. “El equipo me gusta mucho, tenemos grandes jugadores, pero Messi es el mejor. Creo que vamos a salir campeones”, vaticinó Joaquín entusiasmado.
Pero no solo los argentinos están enamorados de la selección de Maradona y su máxima figura. Son miles los sudafricanos y fanáticos del fútbol que se desviven por ver a Diego y Messi, el mejor jugador de fútbol de la actualidad.
“Ver a Maradona ahí parado, dando indicaciones, con su carácter, es fantástico”, afirma Ulpendra, de la India. “Disfruté muchísimo del partido, estoy seguro de que si siguen así van a ganar el Mundial”, apuntó su amigo Geca, sudafricano.
“Desde pequeño que sueño con ver a Maradona y aquí está. Estoy seguro que va a lograr que Argentina salga campeón”, dijo, por su parte, Adam, otro chico mestizo del país anfitrión.
Cuesta creer que entre tantas camisetas celestes y blancas hubiese tanto hincha local. “Me gusta mucho Argentina y amo a Messi”, explicaba Armesh, también sudafricano, en referencia a su ídolo.
Como él, George, Víctor, Chayssy vibraron con la actuación de la selección argentina. Miles de argentinos que fueron testigos en vivo y en directo de la lección futbolística del crack argentino pero no pudieron gritar sus goles.
Aún así, al terminar el encuentro, Leo y todo el equipo albiceleste fue aclamado. Mientras las butacas del Soccer City se iban vaciando, parte de la gran hinchada argentina se quedó dentro del estadio, se resistía a salir. Para ellos, el sueño mundialista es cada vez más real.
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