El Logroñés-Alavés transcurrió ayer sin incidentes después de que durante toda la jornada se estableciesen importantes medidas de seguridad para evitar problemas. Aunque no se había declarado el encuentro de alto riesgo, las fuerzas de seguridad estuvieron presentes tanto antes como durante y tras el encuentro.
Entre otras cuestiones, los autobuses que transportaban a los aficionados albiazules fueron retenidos en el peaje de la autopista, justo en la entrada a Logroño. Allí se procedió al cacheo de los seguidores vitorianos. También en el centro de la ciudad se hizo patente la presencia de las fuerzas de seguridad a mediodía.
En la zona alta
Ya dentro de Las Gaunas, los aficionados alavesistas que acudieron en autobuses o compraron entradas en Vitoria fueron ubicados en la zona alta de una de las tribunas. Una grada que no se suele utilizar en un estadio donde cada semana sobra mucho cemento. Allí fueron custodiados. No obstante, los seguidores más radicales del Logroñés se encontraban en el fondo contrario del campo y todo se limitó al intercambio de cánticos. Tras el encuentro, la Policía retuvo durante algunos minutos en la grada a estos aficionados riojanos para permitir la salida de los autobuses albiazules sin incidentes.
El encuentro entre Logroñés y Alavés había quedado marcado en el calendario debido a los incidentes causados en el duelo de la primera vuelta. En aquella ocasión aficionados de ambos equipos se enzarzaron en una pelea en el barrio de Ariznabarra y varios de ellos resultaron heridos. La Ertzaintza retuvo antes del partido a numerosos seguidores del Logroñés y les obligaron a regresar a su ciudad sin acudir a Mendizorroza a ver el partido.
Entre otras cuestiones, los autobuses que transportaban a los aficionados albiazules fueron retenidos en el peaje de la autopista, justo en la entrada a Logroño. Allí se procedió al cacheo de los seguidores vitorianos. También en el centro de la ciudad se hizo patente la presencia de las fuerzas de seguridad a mediodía.
En la zona alta
Ya dentro de Las Gaunas, los aficionados alavesistas que acudieron en autobuses o compraron entradas en Vitoria fueron ubicados en la zona alta de una de las tribunas. Una grada que no se suele utilizar en un estadio donde cada semana sobra mucho cemento. Allí fueron custodiados. No obstante, los seguidores más radicales del Logroñés se encontraban en el fondo contrario del campo y todo se limitó al intercambio de cánticos. Tras el encuentro, la Policía retuvo durante algunos minutos en la grada a estos aficionados riojanos para permitir la salida de los autobuses albiazules sin incidentes.
El encuentro entre Logroñés y Alavés había quedado marcado en el calendario debido a los incidentes causados en el duelo de la primera vuelta. En aquella ocasión aficionados de ambos equipos se enzarzaron en una pelea en el barrio de Ariznabarra y varios de ellos resultaron heridos. La Ertzaintza retuvo antes del partido a numerosos seguidores del Logroñés y les obligaron a regresar a su ciudad sin acudir a Mendizorroza a ver el partido.
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