El operativo de seguridad del superclásico jugado entre River Plate y Boca Juniors fue un éxito y arrojó un saldo de 25 detenidos e incidentes aislados y de una envergadura menor, con el marco de un Monumental colmado por más de 60 mil espectadores.
Cinco personas fueron detenidas por resistencia a la autoridad y otras cinco fueron aprehendidas por reventa de entradas, y una de ellas fue identificada como un barrabrava de River.
Como resultado del operativo, tras esas detenciones ocurridas en la esquina de Udaondo y Agote, se secuestraron 100 entradas truchas y 10 mil pesos.
Los cacheos funcionaron de la manera esperada y se labraron varias contravenciones por el ingreso de pirotecnia, aunque pudo verse una vez iniciado el encuentro algunas pocas bengalas en las tribunas.
El operativo comenzó a partir de las 10.30 e incluyó a unos mil agentes de Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval, y fue supervisado por el secretario de seguridad Sergio Berni, y por el subsecretario Darío Ruiz, desde el estadio y desde los helicopteros que sobrevolaron la zona.
Además, en el Departamento Central de Policía estuvo el jefe de esa fuerza, Román Di Santo, controlando las imagenes brindadas por el Comando de Videoperativo, según informó fuentes del Ministerio de Seguridad.
A las 10.30, las fuerzas de seguridad federales reforzaron con agentes las estaciones de trenes de Constitución, Retiro y Once.
También hubo controles en los peajes de Dock Sud (autopista La Plata-Buenos Aires) y el Puente Pueyrredón; en la Autopista del Oeste y en la General Paz, con el objetivo de que los simpatizantes de River que se trasladaban al estadio no tuviesen cruces con simpatizantes de Boca Juniors.
El operativo logró determinar 40 minutos antes del inicio del encuentro que el estadio estaba lleno en un 75 por ciento, y 20 minutos antes del pitazo de Germán Delfino, estaba casi completo.
Los primeros focos de conglomeración de hinchas se dieron este mediodía en la puerta de la concentración del plantel de Boca Juniors, en Puerto Madero, donde alrededor de mil personas se juntaron para respaldar a los jugadores antes del encuentro.
La manifestación de hinchas de Boca transcurrió en medio de un estricto operativo de seguridad a cargo de Prefectura Naval, que dispuso una gran cantidad de agentes en el edificio y en sus alrededores.
Luego la División de Comando Operativa de la Policía Federal Argentina, escoltó al micro ´xeneize´ desde su partida del hotel, a las 15.30, con rumbo al estadio de River y logró su arribo sin incidentes en el trayecto.
Más adelante se dio uno de los primeros focos de incidentes, cuando unos 30 hinchas de River Plate sin entradas forzaron pasadas las 17.30 una puerta sobre la avenida Udaondo, e ingresaron a la platea Belgrano Alta, según se pudo observar en la previa del partido, además de pequeñas escaramuzas sobre la bajada del Puente Labruna.
Además, el estilista Fabio Cuggini, confeso hincha de Boca y parte del equipo de relaciones públicas del club de la Ribera, fue agredido de palabra en la confiteria de River.
Tras una rápida intervención policial, Cuggini fue llevado al vestuario `xeneize` donde tuvo que ver el encuentro a través de un televisor, y no en el palco como lo tenía previsto.
En el transcurso del partido y tras el gol de Boca, pudieron verse fuegos artificiales provenientes de la calle y tres globos aparecieron volando detrás de la tribuna Sívori alta, sosteniendo una bandera blanca con una letra B roja, en clara alusión al descenso sufrido por River en junio de 2011.
En las tribunas del local se observaron más de 100 chanchos inflables y según trascendidos hubo un grupo de hinchas que protagonizó varias discusiones y empujones en busca de hinchas de Boca presuntamente infiltrados.
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