Oladipo Oladapo, más conocido como Dapo, desarrolló buena parte de su carrera en la provincia lucense. Llegó a la ciudad de la muralla en categoría infantil y, años más tarde, debutó con el Club Deportivo Lugo en Segunda B. Incluso vistió la camiseta del Racing Vilalbés durante la temporada 2009-2010. Ayer regresó a A Magdalena, el que fuera su campo. En las filas del Dorneda, cuajó un gran partido, pero no pudo evitar la derrota de los de Carlos Brizzola (1-0). Fue, tal vez, el mejor jugador de su equipo, pero se convirtió en protagonista inesperado a la conclusión del compromiso. Un espectador le dedicó varios insultos racistas cuando se dirigía al vestuario y el mediocentro reaccionó ante el ataque verbal. La Guardia Civil y la Policía tuvieron que intervenir para que el incidente no fuese a mayores.
En el camino entre el césped y los vestuarios, Dapo escuchó cómo proferían insultos contra él. El jugador se encaminó hacia la grada para encararse con el espectador protagonista de la ofensa y la situación se enturbió. Sus compañeros de equipo, así como los miembros de la plantilla y de la directiva del Vilalbés, intervinieron para tratar de calmar los ánimos. Por fortuna, la embarazosa situación no se convirtió en tumultuosa.
Carlos Brizzola, entrenador del Dorneda, también intervino en la escena. Algunos aficionados aseguraron estar sorprendidos porque el técnico visitante «echó más leña al fuego», mientras que otros trataron de entender que el técnico se aproximó a la grada para tratar de poner paz en la refriega que envolvió a su futbolista. El barullo generado fue apagado al cabo de unos instantes por los propios deportistas y por las fuerzas del orden, si bien el árbitro del encuentro podría haber anotado en el acta que Dapo subió a la grada para enfrentarse con algunos aficionados locales. Minutos después, Dapo escribía en su cuenta de Twitter: «Hay cosas que no se deben tolerar, y el de hoy es una de ellas».
Por su parte, Borja, central del Vilalbés, fue expulsado cuando apenas restaban tres minutos para la conclusión del partido. El jugador vio dos cartulinas amarillas de manera consecutiva y, a la conclusión del encuentro, se aproximó al colegiado para pedirle explicaciones de manera vehemente. Esta circunstancia se sumó a la que, poco antes, había tenido a Dapo como protagonista, por lo que la confusión volvió a crecer en A Magdalena.
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