La gran tarde de sevillismo que se vivió en Los Cármenes, a donde se han desplazado casi 3.000 aficionados del Sevilla, se ha visto truncada al final del encuentro por un exceso de meticulosidad de los cuerpos de seguridad. Según han denunciado varios aficionados a través de las redes sociales, la policía los ha tenido más de 40 minutos esperando antes de que les permitieran abandonar el estadio, a pleno sol y con el añadido de que estaba cerrados los servicios del coliseo granadino.
Hay que recordar que el partido era de alto riesgo por el gran número de sevillistas desplazados, pero ni eso justifica un acto reprobable. Sobre todo porque el comportamiento de los desplazados hasta la capital de la Alhambra fue intachable y no se produjeron altercados entre aficiones.
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